jueves, 19 de junio de 2008

Balas en la recámara

Por Albert Valor


España siempre ha sido un país con tendencia a la crítica fácil. El día que Luis dio la convocatoria para la Eurocopa, hubo división de opiniones. Ya casi nadie discutía sobre la ausencia de Raúl, pero muchos echaban en falta a extremos puros como Capel o Joaquín, y Riera o Navas en segunda instancia. A última hora, el Sabio supo que no podría contar con Bojan. Eso, unido al mal tramo final de temporada realizado por el extremo manacorí, dio entrada a Sergio García y Cazorla en la lista final.

Aunque ahora extinguidas, hubo críticas respecto a la inclusión de este último. Que si ‘ya tenemos muchos como Cazorla’, que si ‘para llevarme a Cazorla me llevo Joaquín aunque no esté al 100%’… Zanjado el 'tema Raúl', por algo había que discutir. Pero parece que ya ningún detractor se atreve a alzar la voz. El asturiano ha tenido suficiente con dos ratitos y un partido de trámite para mostrar sus credenciales como revulsivo de lujo: capacidad de sobras para llevar el balón cosido a la bota, gran visión de juego, buen cambio de ritmo para romper entramados defensivos, incursiones tanto por el centro como por las bandas... Quizá el sistema de la Roja necesite un jugador polivalente y que a la vez se distinga en algo de los demás jugones.

Luego está Güiza, el hombre que un día decidió que cuando marcara un gol emularía a su ídolo Kiko Narváez. Cuando el mallorquinista estaba enrolado en las filas del Ciudad de Murcia, su presidente dijo en una ocasión: “Hemos fichado al delantero con más talento de España, pero también al más golfo”. El hombre se refería al idilio que el jerezano mantenía con la noche, puesto que en más de una ocasión llegaba con resaca a los entrenamientos. Poco se imaginaba el joven Dani que un lustro después estaría en un torneo internacional de selecciones, tras haber encontrado el equilibrio personal gracias al matrimonio con la antaño polémica Núria Bermúdez –que también es su representante–, una mujer que estaba más cerca de la farándula que del fútbol profesional cuando su esposo era un fiestero y que también le ha dado dos retoños –y van camino del tercero–. Pero así es la vida, y a veces las mezclas explosivas dan estos excelentes resultados.

Hoy Güiza está en Austria –apoyado en todo momento por su cónyuge– tras haber completado una campaña espectacular con el Mallorca, que además le ha encumbrado como pichichi –27 goles–. No ha debutado en el torneo hasta que se ha resuelto la clasificación, pero de no ser por las exhibiciones del Guaje, puede que muchos hubieran pedido su entrada, porque si algo asegura el arquero actualmente, es gol. Y compromiso. Que nadie olvide que prefirió debutar como internacional en un amistoso antes que ver nacer a ¡su hijo! Atentos, porque si nuestra dupla no tiene el día –Dios no lo quiera–, puede tener su momento.

Otro tema es el de la media. Quizá sea esta la zona más definida del equipo, ya desde la fase de clasificación. Pero si algo le falta a esta medular, más allá de si hay que discutir la facilidad para entrar por las bandas, es el atrevimiento a chutar de lejos. Y hoy Xabi Alonso y De la Red nos han demostrado que descaro para ello precisamente, no les falta. Sensacional el remate a bote pronto de Pumuki para empatar el duelo –también sensacional la dejada de Güiza, y eso que su mejor arma es el gol–. Además, sería una baza importante para el juego aéreo. No creo que Donadoni lo tenga muy estudiado. De Xabi hay poco que decir en ese aspecto, no vamos a descubrir ahora su facilidad para el zapatazo después de sus años en Anfield y en su casa de Donosti. Hoy ha dado varias muestras de su repertorio.

Luis ha recibido muchas críticas desde que está en este banquillo y se le puede acusar de muchas cosas. Pero al César lo que es del César. Él ha sabido ver el talento de muchos jóvenes emergentes y ha llevado de forma equilibrada el cambio generacional al combinado nacional. Si ha dejado algunos fuera es porque hay que llevar a 23. No a 45. Se puede ganar o perder, pero lo que seguro tenemos son mimbres para dar la cara. Y acabo: no es por desmerecer a Capdevila, está haciendo un papel aceptable, pero el momento de forma que vive Navarro es sensacional. Lo de los centrales es otra cosa.

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