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domingo, 31 de marzo de 2013

Los hijos del hambre

Por Albert Valor


Siempre se dijo que la Juventus de Turín es el equipo de Italia. Por el contrario -aunque algunos hinchas lo niegan- el entrañable Torino contaba con el favoritismo de la mayoría de los habitantes de la capital del Piamonte. Sea como fuere, y aunque en el mundo del fútbol siempre divergen filias y fobias, toda Italia debería estarle agradecida a la Juve. Por liderar una renovación a través del dominio del balón y porque su columna vertebral haya posibilitado la resurrección del combinado nacional. Italia está hoy remozada y es subcampeona de Europa. Y Buffon, Barzagli, Bonucci, Chiellini, Pirlo o Marchisio son pilares de esa escuadra.

Retomando ya la eliminatoria estrella de estos cuartos de final, podemos concluir que el choque entre Bayern y Juventus rezuma aromas de viejo fútbol por todos los poros. Dos equipos que nunca dejaron de formar parte de la aristocracia continental. Pero que quieren liderar el tumulto de la nueva Europa futbolística. Esencia y vanguardismo. Poso y nuevos tintes. Es un todo en uno.

Y viene lanzada la Vecchia Signora al asalto de Munich. Victoria de mérito en San Siro ante su rival de siempre que a buen seguro refuerza la convicción en su estilo. Un patrón que le ha llevado a liderar un renacimiento que el fútbol italiano ansiaba como el comer. Muchos lo ven todavía hoy arcaico. Es lo que tiene dejarse llevar por la corriente de opinión, el viento que sopla de Twitter y, lo más importante, la falta de determinación para sentarse frente al televisor a ver un partido de Serie A.

En Italia, los Lodi, Candreva, Immobile, Niang, Belfodil o Borja Valero, se unen a los Cassano, Miccoli, Totti, Diamanti o Luca Toni para desembocar en un campeonato que va a más y que quiere jugar al fútbol. Quizá le cueste todavía un tiempo recuperar esa plaza de Champions League que ha perdido recientemente –y de manera justa- en favor de la Bundesliga. Pero es un valor claramente al alza, de eso no cabe duda.

Si hablamos en clave bianconera, nunca un sistema le hizo tanto bien a un modo de entender del fútbol. Guiado por la máxima de que a un equipo lo hacen los futbolistas –nunca al revés- Conte aplicó ese 3-5-2 nada más llegar al banquillo turinés. Jugar con tres centrales no tiene porque ser defensivo. Y obviamente, contar con Pirlo lo hace todo más fácil. Es increíble que un jugador de mediocampo tenga todavía margen de mejora pasada la treintena. El regista de Brescia forma parte de ese selecto grupo en el que también están Xavi, Scholes o Giggs. Si Andrea hubiese nacido británico, quizá sería un One Club Man. La realidad, no obstante, dice que la Juve tuvo la suerte de encontrarlo en el otoño de su carrera. Conte pudo así darle el timón para que fuera piedra angular de una refundación balompédica.


Aunque en ese esquema también los carrileros juegan un papel determinante. La figura clásica del hombre de banda en Italia se construye en base a la herencia de Giancinto Facchetti. Hablamos de un fenómeno de la naturaleza. Rondar el 1,90 no le impedía ser una bala ni mandar en toda su parcela. El lateral izquierdo –que a su vez era diestro- de aquel súper Inter de Helenio Herrera de los 60 es un referente no sólo en Italia, sino en el mundo entero. Es de aquella estirpe de jugadores como Garrincha, Sindelaar o Samitier. Jugadores que trascienden épocas y se instalan en la memoria colectiva. Eternos, como las canciones.

Quizá el último lateral italiano que ha recordado a Facchetti haya sido Davide Santon, que hoy milita en las filas del Newcastle tras no haber triunfado en el Inter.

Precisamente ese es el molde en torno al cual se construye el perfil de carrilero que precisa el esquema de la Juve de hoy. Uno tiende a imaginarse a tipos veloces, de ida y vuelta, de estatura media o incluso baja. Nada más lejos de la realidad. Son, ante todo, tipos espigados y fornidos. No son precisamente lentos. Pero su mayor valor es ser portentosos, algo que les permite gobernar la banda de fondo a fondo. Quizá ello se deba a la idiosincrasia de la sociedad italiana. Inventar perfiles que se hacen a sí mismos y huyen de cánones preestablecidos. Lo curioso es que Lichtsteiner y Asamoah, los titulares de Conte, no hayan nacido en Italia. Sí lo hicieron Padoin y Peluso, que poco a poco irrumpen en el once, aunque tendrán pocas opciones de participar contra el Bayern.

Pero el mayor activo de este equipo es lo interiorizada y asumida que tienen sus piezas la concepción del juego. Ello se logra con una coordinación coral, casi perfecta, en la que tienen mucho que ver dos ternas: la de centrales y la de centrocampistas. Ambas sociedades son también las que aúpan a los carrileros y las que consiguen el equilibrio en la transición defensa-ataque –y viceversa-. Y es que, ante todo, el 3-5-2 es un sistema de ayudas.

Atrás, el consorcio Chiellini-Bonucci-Barzagli está ya plenamente consolidado. Suponen una gran ayuda para los carrileros, a los que liberan de tareas defensivas. Son, además, un cerrojo. Pensemos: si ya cuesta abordar la retaguardia de un equipo italiano, imaginemos si éste se defiende con tres centrales.

Por otro lado, la sala de máquinas juventina roza la perfección. Y es que el medio del campo piamontés es un espectáculo. Ya se ha mentado antes a Pirlo, que domina los tiempos de este deporte a su antojo. El símbolo en ciernes de la institución y un chileno adaptado a base de casta y calidad ayudan a pintar el lienzo y completan una media que ve puerta con facilidad. Claudio Marchisio, Arturo Vidal y Andrea Pirlo; también conocidos como MVP.


Y aún así, Paul Pogba, penúltimo descubrimiento del entrenador, oposita para gozar de minutos. El talentoso volante ha recibido incluso la llamada de la selección francesa. No está mal para un chaval de 20 años recién cumplidos. Aunque una cosa ha de quedar clara: el bueno de Pogba no es –ni lo será nunca- alguien llamado a ser el ancla de un equipo. Su sitio está justo por delante. Parece que Conte, tras algunas probaturas, ya lo ha verificado. Y Deschamps, tras algún desajuste en el último partido contra España, también lo debe haber empezado a ver claro. Estamos ante un diamante en bruto, con cosas del mejor Essien, de Seydou Feita o de Touré Yayá.

Mauricio Isla, meritorio habitual que se ha visto lastrado por las lesiones, ha participado también en algunos partidos en la zona ancha. Aunque sus opciones de tener minutos en la eliminatoria contra el Bayern pasan por jugar en banda si Asamoah no está a tope. Recodemos que la Copa África ha mermado las prestaciones del ghanés a ojos del entrenador. Tampoco convendría olvidar a Giaccherini. Es el gran damnificado de la temporada. Pero su implicación está fuera de toda duda. Conte ya ha dejado claro que mientras él sea el responsable, el jugador formará parte de la plantilla. Giaccherini ya aprovechó sus minutos ante el Catania marcando un gol de incalculable valor. Fue en la celebración de aquel tanto donde, además de mostrarse el compromiso del autor, se le enseñó a toda Europa que si hay un equipo unido y que cree en sus posibilidades, ese es la Juventus.

Pero, claro está, la Juventus también tiene puntos flacos. Su gran debe está en ataque. Quizá más por falta de continuidad que de aptitudes, ya que tiene un amplio ramillete de futbolistas para esa zona. Todos con diferentes características y prestaciones. Pero ninguno de ellos parece agarrarse el puesto con determinación. Tras corroborarse ya que Nicklas Bendtner y Nicolás Anelka han quedado como figurantes, Alessandro Matri, Sebastián Giovinco, Mirko Vucinic y Fabio Quagliarella se reparten minutos, siendo este último el gran perjudicado hasta la fecha.

A buen seguro que Quaglia es el que alberga más fútbol dentro de sí, pero el acto de indisciplina con Alessio en San Siro durante el partido contra el AC Milan en la primera vuelta le costó caro. Por suerte para él, su golazo de este fin de semana –también a la sombra de La Madonnina, aunque ante el Inter- podría jugar a su favor en un posible indulto. Apuntaría al once del Allianz Arena.


El resto se disputaría la otra plaza. En cuanto a Giovinco, fue el propio Conte el que pidió que se le recuperara con presteza del Parma. Incluso empezó titular, pero poco a poco ha ido perdiendo protagonismo. A Sebas se le augura un gran porvenir desde hace años, pero a sus 26 años no termina de explotar. Por si fuera poco, la parroquia del Stadium le ha silbado en demasía últimamente.

Matri -que también mojó ante el Inter con un gol de ariete clásico- lleva una temporada a buen nivel. Es un jugador de buenos movimientos. Recuerda a Luca Toni, aunque tiene menos contundencia. Respecto a Vucinic, también ha estado en entredicho. Quizá le falte gol; nunca clase. Especialmente bello fue su gol en Bolonia antes del parón de selecciones.

Para la próxima temporada, la dirección deportiva ya ha movido ficha. Lo de Fernando Llorente parece prácticamente hecho, aunque se espera que caiga alguno más. Han sonado infinidad de nombres, entre ellos Pablo Osvaldo, ‘Papu’ Gómez o Alexis Sánchez. Pero el que parece hombre clave para desequilibrar arriba es el montenegrino Jovetic. No es de extrañar que desde algunos mentideros ya se le llame Juvetic.

Desde 2010, el Bayern ha jugado dos finales de la Copa de Europa y viene haciendo evidente su ascendente dominancia. Así que para esta eliminatoria la Juventus no es favorita. Pero viene con carrerilla, desde muy atrás. Pocos equipos tendrán más apetito. Conte declaró hace poco: La Juventus apenas se acaba de sentar a la mesa. Tiene mucha, mucha hambre.” Esas palabras son un síntoma, además de una declaración de intenciones. Si ese anhelo no se mezcla con ansiedad, el equipo transalpino tendrá mucho que decir en estos cuartos de final.

Por cierto, que no se ha dicho nada de Buffon. No hace falta. Abran fuego, señores.


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jueves, 22 de octubre de 2009

Fiesta en el geriátrico

Por Cristian Naranjo

Ya desde el inicio de las clases se viene cuestionando al Madrid por su juego discontinuo y áspero, más cercano a la lija que a la seda. No son críticas gratuitas pero tampoco endógenas: responden al síndrome del triplete azulgrana. Es la famosa teoría de los vasos comunicantes, según la cual el estado moral de unos depende directamente de los otros. En este caso, son mayoría los observadores que atribuyen el derroche de Florentino a la gran temporada culé. Dejando de lado la causa, la consecuencia es que el Madrid ha renovado su cuadriga. De los 250 millones gastados, más de la mitad sufragaron dos corceles incontenibles; un Cavallino Rampante y un Pegaso. A saber: Cristiano Ronaldo y Kaka'. El portugués asegura una lluvia de goles, en tanto que el brasileño se caracteriza por una inteligencia y elegancia que remiten a Julian Ross. Salvo que a él no le duele el corazón. Futbolistas ambos indiscutibles, superlativos, de talla mundial, cuya ausencia acusaría cualquier formación. El Madrid ha perdido al más determinante cara a puerta y lo está sufriendo en los lances de altura, como ocurrió en Sevilla y esta noche frente al Milán. Sobre el césped, a priori, sí estaba el escolapio Kaka', ilusionado por el careo ante sus ex compañeros. En la práctica, sólo la alineación dio fe de su concurso. No existió, y comienza a imponerse la sensación que el media punta se esfuma en noches exigentes. A la pobre actuación del evangelista se unió Benzema, todo un especialista en desapariciones, así como Granero, que de capitán ha pasado a grumete. Tampoco funcionó el doble pivote, donde sigue sin adivinarse qué tarea tiene asignada cada uno. Es una realidad: hoy por hoy Xabi Alonso y Lassana Diarra, más que mezclar, se cortan.

Si el equipo de Pellegrini llegaba al clásico europeo inmerso en dudas y rodeado de críticas, el de Leonardo ─qué nombre más renacentista y bello, ¿no es cierto?─ se presentaba con graves heridas de bala. En plena caída libre desde que levantara su séptima Liga de Campeones, presidido por un demente que ha limpiado las arcas, estructurado en base a futbolistas neolíticos como Kaladze, Seedorf e Inzaghi y huérfano de Kaka', el Milan es hoy un sucio borrón de su leyenda. No hay forma de explicar cómo un gigante de Europa ha podido dejarse llevar así, exprimiendo una generación obsoleta desde incluso antes de aquella final de 2007 en Atenas. Deportivamente fue un suicidio acudir al desguace a por Ronaldo y Ronaldinho, incapaces ambos de mover su cuerpo de mamut. Y no es otra que la afición rossonera la que sufre las consecuencias de la corrupción de sus dirigentes, a los que no es necesario nombrar. Por todo ello llegaba el Milan herido de muerte y el Madrid, rompiendo apuestas, no lo remató. En el último lustro no había tenido el equipo blanco un partido en Europa más propicio para exhibir su bestial pegada. Ante un once deslavazado y hecho jirones, formado por ancianos del deporte, los de Pellegrini volvieron a colmar de razones a los escépticos.

Tras cinco años sin pasar de octavos a nivel continental los merengues habían perdido su temible aura. De la mano de Florentino, inédita y salvaje inversión mediante, todo parecía haber cambiado en Chamartín. Por chamba, todo menos Raúl, el único superviviente del naufragio. Ausente Cristiano Ronaldo y desdibujado Kaka', el Madrid se conjuró una vez más entorno al añejo pescador, que rodeado de sangre fresca aún puede permitirse brillar. Como recitaría Manolo García en relación a aquélla mujer madura, pese a ser uva de la vieja parra Raúl está bendecido por un dios: el de los años bien llevados. Larga vida al eterno capitán, que abrió el marcador de nuevo a su manera, recogiendo las conservas del área como haría Carpanta. Fue Dida quien le cedió los calamares. Quizá le supo mal la segada de Zambrotta a Benzema. A partir de ahí, lo sucedido fue más abstracto que un film de Lars von Trier. No tiene justificación alguna que el Madrid haga una fiesta en el geriátrico, regalándole el campo y el cuero a un grupo de jugadores vetustos, prejubilados, carentes de todo físico. El once blanco ninguneó al Milán, le permitió desplegarse a ritmo de caracol, ganar la zona de tres cuartos y maniobrar sin lastre en la frontal, donde Pirlo, Seedorf y Ronaldinho aún pueden resultar mortales. El italiano empató el marcador ya en la segunda parte, con un respingo precioso que sorprendió a un Casillas contagiado de tanta mediocridad. Acto seguido llegó el segundo en plena revolución senil, merced a un envío a la espalda de Pepe y Albiol que Casillas salió a abortar en falso, abriéndole paso a Pato para que definiera a placer. El tanto, que se antoja sencillo, va precedido de un asombroso quiebro al guardameta con el tronco. El joven brasileño es un escándalo.

Corría el 66' y al Madrid le tocaba recurrir a la épica, esa que tantas veces le salvó el culo a última hora. Entró Drenthe por Granero y activó la batidora. Gracias al holandés el conjunto blanco ganó revoluciones como para exigir a Dida, cuyos guantes tenían restos del desayuno. En el 76', tras una carga de ocasiones y por una cuestión de justicia, Drenthe empató el choque con un zurdazo seco adonde les duele a los porteros. El pase, del más listo del recreo. Siempre 'Tom Cruise'. 2-2 y una minutada por delante. Viento de cara para el Madrid, obligado a cerrar el choque ante un rival que iba en pantuflas por el Bernabéu. No fue así. Un minuto después del empate, Ronaldinho se calzó las botas por primera vez, dejó de rueda a Pepe y su centro terminó a pies de Seedorf, que lo enganchó a bote pronto mandándolo arriba. No fue sino el trailer de lo que estaba por venir. En el 85' Pato exigió lo mejor de Casillas. En el 86', fruto de un córner limpio, llegó el 2-3. El árbitro lo anuló por decoro. Ni así, aprovechando el juego del mentiroso, pudo el Madrid adelantarse en la recta final. De nuevo fueron los saurios los que pusieron cerco al marco contrario, avanzando a paso lento pero a campo abierto, sin oposición alguna. En mitad del ida y vuelta, la zurda de Seedorf alcanzó la media luna y dirigió el balón con plumas de ganso a Alexandre Rodrigues da Silva, 'Pato', que rubricó su exhibición con un remate en suspensión, al primer toque y acolchado de interior. Gol de figura mundial en el mejor escenario posible. No debería tardar mucho el brasileño en migrar de Milán.

Finalmente 2-3 en el Bernabéu en una velada tan fría como la de anoche en el Camp Nou. Si por algo destaca la Liga de Campeones es por ser caprichosa. Depara trampas en lugares inesperados y no concede indultos: quien perdona, lo paga. Los dos grandes ya están apercibidos. Sobre todo el Barcelona, obligado a ganar en Rusia y después ante un Inter que ya prepara el abrigo de borrego. De no ser así deberá ir a Kiev a batirse el cobre de los octavos. Hipotecarse en Europa supone un interés muy elevado, en ocasiones insalvable, como le ocurre a un Atlético para quien lo trágico siempre ha sido magnético. Sólo el Sevilla se mantiene en pie, heráldico, con nueve puntos y goleando fuera de casa. El equipo de Jiménez desprende aromas de jazmín de España, el más oloroso y radiante de su especie.
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martes, 20 de octubre de 2009

Desde la fila 84 al corazón del 'Carpanta's Club'

Por Cristian Naranjo

¡Qué pasa crack! Imagino que ya estarás buscando acomodo en el Chamberí del Paraíso, aunque me cuentan que se requieren magos en el sur. Se te va a echar en falta por aquí. Has dejado huérfano el 'Carpanta's Club'. En un panorama mediático donde impera la feroz rutina, tú eras de los pocos que transgredían márgenes con denominación de origen. Sólo pondría a tu nivel a Gaspar Rosety, Alfredo Martínez, Javier Pérez Sala, Víctor Hugo Morales y, por supuesto, al también hispanoamericano Héctor del Mar, primo segundo tuyo a mi entender. Pero de todos modos tú eras único en tu especie, no te parecías a nadie; eras otro mundo. Como 'Su Majestad Aérea' Jordan en los segundos finales, de tu cajón de sastre siempre sacabas ocurrencias que mejoraban el partido. Hablo de tu década en la NBA, por supuesto. Tuve la suerte de descubrirte en aquel tiempo, a mediados de los 90, pese a no tener el 'Plus'. Un compañero de instituto me mantenía informado de todas tus travesuras. 'Melodía de Seducción' Sprewell, 'American Graffiti' Stojakovic, el 'Club de los Gepetto Brothers'… Casi todos tus sobrenombres eran acertados y, cuando no, te lo decía Daimiel sin abrir la boca, simplemente no riéndose. Ayer reveló que aquellos que te preparabas a conciencia no eran tan buenos.

Andrés, lo tuyo era la espontaneidad, el estilo libre, la libertad de acción. Por razones obvias, no tenías cabida en ningún corsé, pero eras un as en ingenio e improvisación. Precisamente por eso marcabas la diferencia, porque tus disparates pedían paso por sí solos. ¡Menuda pareja de 'jugones' formabas con Daimiel! Tú completamente chiflado y él un solemne erudito. A priori tendría menos sentido que mezclar Baylis con Coca-Cola. Pero Alfredo Relaño, ─por entonces director de Deportes de Canal Plus─ acertó plenamente. ¡Funcionó! Como Gennaro Gattuso, tú aportabas anarquía y desenfreno mientras que Daimiel, más clásico, se regía por el canon de pensamiento razonado, al más puro estilo Andrea Pirlo. Hablando de 'Ántoni', a él también lo bautizaste, como 'Crónica en Rosa'. Tampoco hubiera estado mal llamarle 'Petete' Daimiel, por su precocidad y vastos conocimientos. Te confieso que a medida que cumplo años me asemejo más a Pirlo que a Gattuso, pero nunca perderé la admiración por el destacamento y la insurgencia. Tú la imponías como nadie en tus narraciones, siempre frescas, alegres y desenfadadas, privilegiando el entretenimiento cuando el partido se atragantaba en mitad de la noche. Abogabas claramente por el espectáculo, por el Show Time, por encima del propio juego. Excepto cuando la categoría y trascendencia de la cita te enchufaba de verdad. Sólo satisficieron tus exigencias el más grande de todos, 'MJ' (ver vídeo 1), y en una ocasión un jovencísimo Gasol (ver vídeo 2).



Dice Daimiel que no regalabas elogios ni tu amistad a cualquiera, que tenías el listón muy arriba. Quién sabe si tan alto como 'Espartaco' Reyes. Pero la exigencia no es mala mientras empiece por uno mismo. En eso me identifico contigo. Además, acreditar un paladar selecto equivale a tener un gusto determinado, una mente preclara y una personalidad definida. Eso sí, no me negarás que todo cambió tras tu salida del 'Plus'. El fútbol te aburría soberanamente a pesar de Salinas y Kiko, y ni siquiera la 'ÑBA' sacó lo mejor de ti. Con todo y con eso, dejaste un collar de perlas para la posteridad: 'Humprhey Bogart: Tócala otra vez, Sam', 'Tom Cruise', 'Moto GP', 'Mr. Catering', Ricky 'Business', 'Multiusos' o 'Pedro Picapiedra' Garbajosa, 'La Intendencia' o 'Kevin Costner, el guardaespaldas' para referirse a todoterrenos como Mumbrú… Vamos, que entre tu viejo diccionario http://archivo.marca.com/305/andresmontes/diccionario/i.html y su reedición te daría para rebasar Alejandría. Por cierto, ahora que te has mudado, podrías revelarnos el paradero de las llaves, rufián. Yo opino que siempre que actúa los tiros apuntan hacia Xavi Hernández, ya sabes, tu amigo 'Humprhey'. Apuesto por él como ama de llaves. Tu otra pregunta por antonomasia no ha podido contestarla nunca ni Daimiel. Por qué será que todos los 'jugones' sonríen igual. Como tú eres uno de ellos, la retórica te obliga a responder. Quedo a la espera.



Mientras tanto te prometo seguir tu dogma: no olvidaré que la vida puede ser maravillosa, aunque lo sea menos sin ti. Por aquí todos vamos a echarte de menos. 'La Informática' Nash, '¿Por qué eres tan bueno, McGrady?', 'Aerolíneas' Jordan, 'E.T.' Gasol y 'Siglo XXI' Duncan forman un quinteto inicial inmejorable que te pertenece. Al menos en España, su nombre, como el de tantos y tantos otros, estará vinculado al tuyo para siempre. Me voy despidiendo. Ha sido un placer, Andrés. Después de darle unas cuantas vueltas, he concluido que para mí siempre serás 'King África' Montes. No te enfades por la estética. Si lo piensas, verás que tenéis rasgos bien comunes. Eso sí, salvando las distancias: tú eres un dandi y él un bufón. En fin, ya nos veremos por ahí, maestro. Por mi parte, seguiré semana tras semana viendo el fútbol con muchas 'fatatas' en tu honor. Cuídate esa hormigonera y, por favor, dale un abrazo a Dani Jarque de nuestra parte. Dile que no dejaremos de recordarle como el Roger Federer del eje central.


Fdo.

Cristian 'El Capitán' Naranjo (socio 1984 del 'Carpanta's Club')


P.D: Insisto en la idea de que te inclines por el sur del Paraíso, por la zona de Vallecas: más humilde, más obrera, más canalla. Tienes que conseguir que algo se mueva en el sur de la ciudad, que retumben los tambores de los sioux y que Wilma se compre un Sonotone. Hazme el favor y no descanses en paz. Más bien haz ruido. En el otro barrio también van faltos de chalados maravillosos, de modo que de vez en cuando puedes despertar a los vecinos. Creo que no hay Policía por la zona.
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viernes, 3 de julio de 2009

Andrea Pirlo: el artista silencioso

Por Cristian Naranjo

Un verano más, el mercado de fichajes está constatando la ausencia de inspiración por parte de secretarios técnicos, directores deportivos y presidentes. Con la crisis como pretexto, los grandes clubes rastrean sus carteras de seguimiento pero no concretan nada más allá de traspasos menores, caso de Diego Milito, Motta, Tymoschuk o Mario Gómez entre algunos otros. De hecho, sólo Inter y Bayern están haciendo inversiones fuertes además de Florentino, amo y señor de la cámara acorazada y especialista en fichar estrellas mediáticas. 214 millones lleva gastados ─o invertidos─ de momento. Sólo de momento. Tras Albiol y Benzema podrían llegar Ribéry, Xabi Alonso y Silva. Una pesca de arrastre que está cambiándole la cara al Madrid a golpe de billetes morados. Sólo el hombre del millón de dólares es capaz de obrar el milagro: convertir un once mediocre en uno de cientos de quilates. Cuando Florentino sale de compras, tiemblan los mercados. Sin duda, sus movimientos parecen propios del Monopoli o del sueño de una noche de verano. Todo parece suceder en un plano ficticio, pero es real.

Construcciones Galácticas S.A. al margen, si de algo carecen los grandes del fútbol europeo a excepción del Barcelona, que los fabrica en serie, es de un buen mediocentro, una figura clave para entender el fútbol moderno. Guardiola tiene a su disposición a Xavi, Iniesta y Busquets. Con ellos como bandera, el equipo azulgrana sorprendió al mundo consiguiendo un triplete de la forma más lírica posible: haciendo del fútbol algo realmente bello. El Barça ya tiene por tanto una mina en sus tres mediocentros, pero en boca de su presidente ansía uno más. Cesc Fàbregas aportaría más forma y más cuerpo al equipo, necesitado de una incorporación de fuste tras el fiasco de Ribéry. Aún no se conoce el precio que le pondrá el Arsenal a su salida. La cantidad no bajará de los 40 millones, una salvajada teniendo en cuenta que es un producto de la propia factoría.

La efigie del mediocentro conduce inevitablemente a Andrea Pirlo, un futbolista que a sus 30 años es ya considerado un anciano en Italia. Casualmente, el Milan no tiene sitio para él y sí para el oxidado Ronaldinho. Una calamidad. Pirlo es repudiado por su club y también por las hinchadas debido a su etnia gitana. La ola de xenofobia surgida en Italia se ha vertido sobre él al igual que sobre Ibrahimović. De hecho, el país construido por Berlusconi a base de corrupción y de guiños hacia los ricos cada vez está más dividido y carcomido. En esas condiciones se encuentra Pirlo, deseoso por cambiar las costas italianas por las españolas. El Chelsea le quiere, pero la decisión del jugador y del club van de la mano: será traspasado a un equipo de la Liga. Candidatos hay varios. Interesados, sólo uno por desgracia.

El Atlético, en una decisión interesante dado el talento del jugador, apuesta por Pirlo como eje de rotación. El Milan solicita 18 millones, cifra que podría ser escurrida con una negociación inteligente. Metrónomos como Pirlo no estorban en ningún cajón. No es demostrable que Madrid y Barça no le necesiten. El Liverpool sólo venderá a Xabi Alonso a precio de platino mientras que el Arsenal hará lo propio con Cesc. No existe en el mercado futbolista más fino que Pirlo, capaz de conducir a una selección de selecciones como Italia a ganar el Mundial en 2006, donde su fútbol fue tan sedoso como práctico. Su pase de gol a Grosso en la semifinal frente a Alemania fue de manual. Un reverso propio de un artista. Zidane fue Zidane durante todo el torneo, incluyendo la final, donde acaparó todo el caudal de ataque galo. Sin embargo, su actuación no ensombreció la labor del trequartista, que tuvo actuaciones eficaces, silenciosas, estelares. En la reciente Copa Confederaciones Italia fracasó rotundamente con la salvedad de Pirlo, que tiene la virtud de lucir siempre por adversas que sean las circunstancias. En 2006, con motivo del Mundial, el sabio Enric González lo definió así: "El juego no es juego si no se toma en serio. (...) Pirlo conoce el secreto del juego. Juega serio, como un niño". Así es el dorsal 21 de la azzurra. Un mediocentro brutal. Un artista de corte bajo en mitad de una jauría.

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