Suena raro que hasta hace unos días ningún equipo haya mostrado interés real por Adrián Colunga. Tras rumores durante la temporada, el Betis es su primera 'novia' seria del verano. Y viendo la falta de talento que hay en algunas delanteras de nuestro fútbol, resulta criminal ver que tras el descenso del Recreativo, jugadores como él hayan de conformarse con el vilipendio de la división de plata. Y el Betis es un equipo de Segunda, sí. Pero de la parroquia verdiblanca retumban ecos de primera por todos los recovecos. Aunque, eso sí, sus 24 años quizá exijan un proyecto de Primera a corto plazo.
Al escuchar su apellido el subconsciente nos traslada a la parte más occidental de la Península, más concretamente a Portugal. Es más, el nombre del genial Coluna, el atacante que formó con Eusebio en la delantera durante los años gloriosos del Benfica, allá por los 60, puede ser procesado por más de una mente. Aun así, los orígenes del jugador se ubican en el norte de España. Criado futbolísticamente en la Asturias que le vio nacer, hace gala de la entrega que paisanos suyos como Luis Enrique, Villa o Luís García han mostrado ya por los campos de nuestra Liga. Su paso por el archipiélago canario acabó de tallar su perfil balompédico y le sirvió de trampolín hacia la elite. Allí le quedó claro que el fútbol también es una pasión, y como tal debe practicarse.
Todos esos aprendizajes se han mancomunado ya con su técnica, capacidad de conducción y velocidad. Sus incisivas caídas hacía la banda pueden ser motivo de migraña para cualquier sistema, sobretodo a la contra. El bajo centro de gravedad que posee juega siempre en perjuico de sus rivales. Las retaguardias de algunos grandes pueden dar fe de ello, pues resultó bastante nocivo en Mestalla. El tricampeón, por su parte, no tuvo clara su victoria en Huelva hasta el segundo tiempo. En el primero, los contragolpes recreativistas dirigidos por Colunga pudieron costar algún sobresalto. La gran temporada del Málaga en su retorno al fútbol champán también se vio sobresaltada por la actuación del menudo delantero asturiano.
Quizá su mayor carencia sea el acierto de cara a puerta. No es ni mucho menos una escopeta de feria. Pero tampoco un AK-47. Harto talento juntaba el Decano la pasada temporada en ataque. El nombre de Colunga siempre iba ligado al de Camuñas y la sociedad que formaban siempre suscitaba alerta. Lástima que Javi Guerrero o Ersen Martin no pudiesen completar un triunvirato de garantías. Con un ‘9’ puro y en estado de gracia –con el resurgido Aranda hubiera bastado, con Tchité hubiera sobrado- y algo más de fortuna las mañanas onubenses seguirían siendo hoy de Primera. Pese al buen hacer en el terreno de juego, los del Colombino acabaron colistas y fueron el combinado menos goleador de la categoría. Si bien el balance defensivo quedó en buen lugar, no ocurrió lo mismo en el área rival. El negativo rush final del equipo hizo que la cifra anotadora del asturiano quedara en 9 tantos. No es mala la proporción teniendo en cuenta que la plantilla entera logró 34.
El bueno de Adrián ha demostrado en su trayectoria en el fútbol profesional que es de aquellos jugadores que define por calidad, no por instinto. No es un ariete de referencia. Pero sí sería ese el tipo de delantero que mejor complementaría sus virtudes.
El Manchester City ya quedó prendado cuando vino a verle a la Rosaleda en primavera. Quién sabe si Colunga no apunte ya hacia esos ambiciosos proyectos. Pero ya tendrá tiempo de saborear las mieles de los más grandes. Por ahora, podría encajar perfectamente en la ‘operación retorno’ del Zaragoza a Primera o ser la apuesta para recomponer la delantera del Racing. En Depor y Valencia –que apareció como presunto interesado- tampoco debería desentonar. Lo que no admite dudas, es que su talento merece seguir en Primera División. No es un Adonis ni tampoco un chico de anuncio; más bien todo lo contrario. Su chata silueta, su cuello corto y su cara rechoncha así lo atestiguan. Su prestación es otra. Es la maña hecha futbolista.
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Al escuchar su apellido el subconsciente nos traslada a la parte más occidental de la Península, más concretamente a Portugal. Es más, el nombre del genial Coluna, el atacante que formó con Eusebio en la delantera durante los años gloriosos del Benfica, allá por los 60, puede ser procesado por más de una mente. Aun así, los orígenes del jugador se ubican en el norte de España. Criado futbolísticamente en la Asturias que le vio nacer, hace gala de la entrega que paisanos suyos como Luis Enrique, Villa o Luís García han mostrado ya por los campos de nuestra Liga. Su paso por el archipiélago canario acabó de tallar su perfil balompédico y le sirvió de trampolín hacia la elite. Allí le quedó claro que el fútbol también es una pasión, y como tal debe practicarse.
Todos esos aprendizajes se han mancomunado ya con su técnica, capacidad de conducción y velocidad. Sus incisivas caídas hacía la banda pueden ser motivo de migraña para cualquier sistema, sobretodo a la contra. El bajo centro de gravedad que posee juega siempre en perjuico de sus rivales. Las retaguardias de algunos grandes pueden dar fe de ello, pues resultó bastante nocivo en Mestalla. El tricampeón, por su parte, no tuvo clara su victoria en Huelva hasta el segundo tiempo. En el primero, los contragolpes recreativistas dirigidos por Colunga pudieron costar algún sobresalto. La gran temporada del Málaga en su retorno al fútbol champán también se vio sobresaltada por la actuación del menudo delantero asturiano.
Quizá su mayor carencia sea el acierto de cara a puerta. No es ni mucho menos una escopeta de feria. Pero tampoco un AK-47. Harto talento juntaba el Decano la pasada temporada en ataque. El nombre de Colunga siempre iba ligado al de Camuñas y la sociedad que formaban siempre suscitaba alerta. Lástima que Javi Guerrero o Ersen Martin no pudiesen completar un triunvirato de garantías. Con un ‘9’ puro y en estado de gracia –con el resurgido Aranda hubiera bastado, con Tchité hubiera sobrado- y algo más de fortuna las mañanas onubenses seguirían siendo hoy de Primera. Pese al buen hacer en el terreno de juego, los del Colombino acabaron colistas y fueron el combinado menos goleador de la categoría. Si bien el balance defensivo quedó en buen lugar, no ocurrió lo mismo en el área rival. El negativo rush final del equipo hizo que la cifra anotadora del asturiano quedara en 9 tantos. No es mala la proporción teniendo en cuenta que la plantilla entera logró 34.
El bueno de Adrián ha demostrado en su trayectoria en el fútbol profesional que es de aquellos jugadores que define por calidad, no por instinto. No es un ariete de referencia. Pero sí sería ese el tipo de delantero que mejor complementaría sus virtudes.
El Manchester City ya quedó prendado cuando vino a verle a la Rosaleda en primavera. Quién sabe si Colunga no apunte ya hacia esos ambiciosos proyectos. Pero ya tendrá tiempo de saborear las mieles de los más grandes. Por ahora, podría encajar perfectamente en la ‘operación retorno’ del Zaragoza a Primera o ser la apuesta para recomponer la delantera del Racing. En Depor y Valencia –que apareció como presunto interesado- tampoco debería desentonar. Lo que no admite dudas, es que su talento merece seguir en Primera División. No es un Adonis ni tampoco un chico de anuncio; más bien todo lo contrario. Su chata silueta, su cuello corto y su cara rechoncha así lo atestiguan. Su prestación es otra. Es la maña hecha futbolista.
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1 comentario:
Genial radiografía de un talento desconocido. Viniendo d ti tiene toda la credibilidad del mundo y lo estaremos esperando.. Mi vago conocimiento no me permite opinar igual, asi que.. gran trabajo y suerte Adrián!
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