Ir a renovarse el DNI es un coñazo, igual que ir a cambiar los papeles de cualquier seguro. Pero son cosas que hay que hacer. Ambas son trámites. Como también lo es jugar en tu estadio el cuarto partido de una liguilla en la que has ganado los tres anteriores. Para más inri, goleaste a tu rival de hoy hace menos de dos semanas en su propio estadio, ante su gente, por 0-5. Y claro, como el propio entrenador culé reconocía después del partido, esta gente tiene un orgullo que defender, también tienen familia e hijos a los que hacer sentir orgullosos. Seguro lo han conseguido.
Hace pocas horas hablaba de la poca trascendencia que suscitaba el partido de hoy entre el Barça y el Basilea. Lo pensaba yo y todos los integrantes del planeta fútbol: aficionados, periodistas, los propios jugadores y hasta el minucioso Guardiola, aunque de puertas hacia fuera quisiera dar imagen de tensión y concentración, veía este partido como un chollo. Y lo ha dejado claro en la alineación: jugadores como Alves, Xavi, Messi y Eto’o se quedaban fuera del once para dar minutos a gente menos habitual como Sylvinho, Víctor Sánchez, Bojan o Hleb. Por cierto, el bielorruso está inédito hasta el momento y aún no ha aportado nada. Y servidor es el primer sorprendido.
Pero quizá tenga la oportunidad de redimirse antes de lo que parece. El partido de hoy era un trámite y no se ha pasado del empate. Luego repasaremos la situación del grupo, porque la noticia está en la enfermería. Andrés Iniesta estará seis semanas de baja. Quizá ya no llegue al clásico. Nunca un trámite fue tan nocivo para el bien del fútbol en general y de un equipo en particular. Tampoco tan favorecedor para futuros rivales. El de Fuentealbilla ya lleva casi dos años ocupando el flanco izquierdo del ataque –tanto del Barça como de la selección-, e incluso ha hecho que ya nadie se acuerde de Ronaldinho –ni del bueno ni del malo-.
Su fútbol fácil, incisivo y caracoleador se ausentará de los estadios durante un mes y medio. Ya prácticamente hasta 2009 no veremos su balompié de alta escuela. Pero dejemos de comparecernos. Los equipos históricos, los grandes en definitiva, se saben sobreponer a las bajas de sus jugadores más importantes –recordemos que la Juventus doblegó al Real Madrid hace dos semanas con Trezeguét, Buffon y Camoranesi, entre otros, en el dique seco-. Ahora el Barça deberá avanzar otro nivel y dejar de lado su tendencia victimista. Quizá sea la hora de Hleb. Quizá sea la hora de que el equipo madure y sepa añadir a sus combinaciones la aportación de un futbolista de un corte algo diferente al de Iniesta. Quizá sea la hora que los imprevistos los sepa manejar el Barça en favor suyo. El de Minsk ya demostró en su etapa en Londres que es un jugador polivalente, que tiene llegada al área y un gran disparo a puerta -lo cual no es lo mismo que tener gol-.
La otra consecuencia del supuesto trámite está en la situación del grupo. Con el empate de hoy, el Barça se queda con 10 puntos, y el Sporting, tras su aburrida victoria en el José Alvalade, está con 9. En la quinta jornada ambos se enfrentan en Lisboa, y el Barça tendrá que preparar el partido con la máxima exigencia para no tener un susto. Recordemos la importancia de ser primero de grupo en el sistema Champions, donde la eliminatoria de octavos se puede definir en casa. Y para el Barça siempre ha sido algo importante. Recordemos que en las últimas cuatro temporadas, ha jugado dos eliminatorias de octavos con la vuelta en casa –Chelsea y Celtic- y otras dos fuera –Chelsea otra vez y Liverpool-. Casualmente o no, superó las dos primeras y sucumbió en las otras dos. Además, el año de la segunda Champions, la vuelta de todas las eliminatorias fue en casa, y el año pasado, el equipo no cayó eliminado en competiciones de KO hasta… que la vuelta de una eliminatoria fue a domicilio –Valencia en Copa, Manchester en Champions-. Otro de los males endémicos del barcelonismo, el cagómetro ante la posibilidad de jugarse el pan lejos del dulce hogar. Está claro que un gran equipo ha de saber manejar el tempo de los torneos que se juegan bajo este sistema y no debería ser un problema afrontar esta temporada alguna eliminatoria en estas condiciones. Pero el Barça debería ser primero de grupo básicamente por prestigio. Sin menospreciar a nadie, los tres rivales de su grupo son ampliamente inferiores y todo lo que no sea un primer puesto sería sonrojante. La verdad, sacar algo del Alvalade no debería ser empresa complicada. El problema estará en que el equipo no se podrá centrar únicamente en la Liga y arrojar todos sus esfuerzos para lograr un buen colchón antes de enfrentarse a rivales directos.
Todo será un poquito más difícil sin Iniesta. Pero es la hora de Hleb. Mientras, que esto sirva de lección para saber que cualquier rival y cualquier partido pueden acarrear problemas, de inmediato o a medio plazo. Mejor darse cuenta ahora que no en marzo.
Hace pocas horas hablaba de la poca trascendencia que suscitaba el partido de hoy entre el Barça y el Basilea. Lo pensaba yo y todos los integrantes del planeta fútbol: aficionados, periodistas, los propios jugadores y hasta el minucioso Guardiola, aunque de puertas hacia fuera quisiera dar imagen de tensión y concentración, veía este partido como un chollo. Y lo ha dejado claro en la alineación: jugadores como Alves, Xavi, Messi y Eto’o se quedaban fuera del once para dar minutos a gente menos habitual como Sylvinho, Víctor Sánchez, Bojan o Hleb. Por cierto, el bielorruso está inédito hasta el momento y aún no ha aportado nada. Y servidor es el primer sorprendido.
Pero quizá tenga la oportunidad de redimirse antes de lo que parece. El partido de hoy era un trámite y no se ha pasado del empate. Luego repasaremos la situación del grupo, porque la noticia está en la enfermería. Andrés Iniesta estará seis semanas de baja. Quizá ya no llegue al clásico. Nunca un trámite fue tan nocivo para el bien del fútbol en general y de un equipo en particular. Tampoco tan favorecedor para futuros rivales. El de Fuentealbilla ya lleva casi dos años ocupando el flanco izquierdo del ataque –tanto del Barça como de la selección-, e incluso ha hecho que ya nadie se acuerde de Ronaldinho –ni del bueno ni del malo-.
Su fútbol fácil, incisivo y caracoleador se ausentará de los estadios durante un mes y medio. Ya prácticamente hasta 2009 no veremos su balompié de alta escuela. Pero dejemos de comparecernos. Los equipos históricos, los grandes en definitiva, se saben sobreponer a las bajas de sus jugadores más importantes –recordemos que la Juventus doblegó al Real Madrid hace dos semanas con Trezeguét, Buffon y Camoranesi, entre otros, en el dique seco-. Ahora el Barça deberá avanzar otro nivel y dejar de lado su tendencia victimista. Quizá sea la hora de Hleb. Quizá sea la hora de que el equipo madure y sepa añadir a sus combinaciones la aportación de un futbolista de un corte algo diferente al de Iniesta. Quizá sea la hora que los imprevistos los sepa manejar el Barça en favor suyo. El de Minsk ya demostró en su etapa en Londres que es un jugador polivalente, que tiene llegada al área y un gran disparo a puerta -lo cual no es lo mismo que tener gol-.
La otra consecuencia del supuesto trámite está en la situación del grupo. Con el empate de hoy, el Barça se queda con 10 puntos, y el Sporting, tras su aburrida victoria en el José Alvalade, está con 9. En la quinta jornada ambos se enfrentan en Lisboa, y el Barça tendrá que preparar el partido con la máxima exigencia para no tener un susto. Recordemos la importancia de ser primero de grupo en el sistema Champions, donde la eliminatoria de octavos se puede definir en casa. Y para el Barça siempre ha sido algo importante. Recordemos que en las últimas cuatro temporadas, ha jugado dos eliminatorias de octavos con la vuelta en casa –Chelsea y Celtic- y otras dos fuera –Chelsea otra vez y Liverpool-. Casualmente o no, superó las dos primeras y sucumbió en las otras dos. Además, el año de la segunda Champions, la vuelta de todas las eliminatorias fue en casa, y el año pasado, el equipo no cayó eliminado en competiciones de KO hasta… que la vuelta de una eliminatoria fue a domicilio –Valencia en Copa, Manchester en Champions-. Otro de los males endémicos del barcelonismo, el cagómetro ante la posibilidad de jugarse el pan lejos del dulce hogar. Está claro que un gran equipo ha de saber manejar el tempo de los torneos que se juegan bajo este sistema y no debería ser un problema afrontar esta temporada alguna eliminatoria en estas condiciones. Pero el Barça debería ser primero de grupo básicamente por prestigio. Sin menospreciar a nadie, los tres rivales de su grupo son ampliamente inferiores y todo lo que no sea un primer puesto sería sonrojante. La verdad, sacar algo del Alvalade no debería ser empresa complicada. El problema estará en que el equipo no se podrá centrar únicamente en la Liga y arrojar todos sus esfuerzos para lograr un buen colchón antes de enfrentarse a rivales directos.
Todo será un poquito más difícil sin Iniesta. Pero es la hora de Hleb. Mientras, que esto sirva de lección para saber que cualquier rival y cualquier partido pueden acarrear problemas, de inmediato o a medio plazo. Mejor darse cuenta ahora que no en marzo.
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