jueves, 21 de junio de 2012

Cuartos y campanadas

Por Albert Valor


Un largo día de descanso y ya han llegado. Ya están aquí las eliminatorias. Siete duelos a cara de perro para elegir a un campeón. Y hay pocas cosas con las que quedarse. Un puñado de selecciones que no dan miedo. Eso sí, algunas saben a lo que juegan. Como Inglaterra. No hay nada en su juego que llame la atención. La tropilla de Hodgson es un equipo rudimentario, simple incluso. Pero con mucha solidaridad. Y muchos especialistas, que no es poco. Empezando por la portería. Joe Hart es un porterazo. Delante de él dos centrales expeditivos y dos laterales correctos. Todos ellos venidos a menos, pero con gen competitivo. La manija la llevan Parker y Gerrard. Del capitán red poco hay que decir que la gente no sepa ya. Y el centrocampista del Tottenham es uno de los soplos de aire fresco de este torneo. Siempre sabe lo que hacer con el balón. Toca y se mueve. Toca y se ofrece. Y dispara. De su clarividencia dependen gran parte de las ideas en ataque. En tres cuartos de cancha, encontramos a dos jugadores tallados por un patrón similar, uno en cada banda. Ambos saben hacer lo básico para sus posiciones: centrar. Y, sin ser extremadamente veloces, ninguno de ellos adolece de técnica. La derecha, para Milner. Y la izquierda, para Young. Rooney, una vez reaparecido y confirmado, parece fijo. Queda una plaza y dos jugadores: Wellbeck o Carroll. Ambos presentan credenciales. Y con cualquiera de ellos, seguirá dando la sensación de que a Inglaterra le hace falta algo más para estremecer. Aunque no parece que Italia tenga motivos para festejar nada aún. Sin duda, la eliminatoria con más marchamo de guerrilla será ésta.

República Checa también responde a un perfil similar. Yendo de menos a más, el equipo centroeuropeo ha entendido tras la debacle de la primera jornada que si no renuncia al balón puede dar un susto a cualquiera. Con Cech bajo los palos las probabilidades de éxito aumentan siempre. Jiracek y Pilar, dos goles por barba, ofrecen ante todo voluntad y talento, amén de ser ya dos de las revelaciones de esta Eurocopa -sin olvidar a su compañero Gebre Selassie-. Si Rosicky quiere la pelota, los checos tendrán algo que decir y Portugal deberá emplearse a fondo. Quizá padezcan los lusos de la misma carencia que su rival de hoy: la falta de un '9' de primer nivel. Aunque sin duda, con CR7 cualquier complejo ante el gol debería quedar resuelto. Sorprende en el combinado de Paulo Bento el auge en su competitividad. Desde luego que la explosión definitiva de Meireles es clave en la consistencia y calibre de un mediocampo que sabe que dominar la posesión le restará cansancio. La mejora en el rendimiento de Fabio Coentrao parece evidente y Pepe es un titán. Sin duda, quien se quede más tiempo con la pelota aumentará sus posibilidades de éxito en el primer envite de estos cuartos de final.

Para mañana queda ese Alemania-Grecia de tintes político-económicos de todo tipo. A priori no hay color. De Alemania, bien es sabida su grandeza. Y es cierto que quizá en la actualidad juegue mejor que nunca. Si acaso, destacar a Mats Hummels. Su vigor y liderazgo llaman ya a la flor y nata. Quien lo compre, tiene central para diez años. De Grecia convendría no fiarse. Es cierto que su presencia en cuartos es la campanada del torneo y todavía parece inverosímil. Pero desde 2004, el combinado heleno quedó marcado para los restos por un halo de esfuerzo e imprevisibilidad que aún hoy posee. Argumentos tiene pocos. Si acaso Karagounis, que para colmo se lo pierde. Da la sensación el capitán griego de pertenecer a la mitología clásica. Nadie mejor que él representa la esencia del carisma. Es El Padrino de Grecia. Es padre, es hijo y es marido. Todas las instituciones familiares en una sola figura. Resulta aventurado imaginar a Grecia sin él. Aun así, su aura y la sensación del deber cumplido guiarán a los griegos.

El España-Francia se cocina a parte. Ninguno de los dos debería afligirse. Es el partido que más fútbol promete. Ribéry-Benzema-Nasri es una Santísima Trinidad. Pero no hay nada más dulce que las botas de Silva e Iniesta, sociedad ilimitada. El partido, como la Eurocopa, se decidirá en las áreas. Y ambos deberían sonreír a medias. Francia sufrirá atrás, aunque el software del combinado español parece huérfano de una última actualización: La Roja 3.0. Por desventura, todavía no está disponible en tiendas. Pero calma. El Marqués del Bosque tiene tiempo hasta la verbena de San Juan.

Desde hoy y hasta última hora del domingo, ocho equipos seguirán gozando del premio que supone haberse plantado aquí. Lewandowski, Mandzukic, Dzagoev o Van Persie se quedaron en el camino. Una pena. Pero nadie es imprescindible. Que siga la fiesta.

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