martes, 1 de septiembre de 2009

El debe y el haber del nuevo Barça

Un análisis de Cristian Naranjo

Volvió la Liga y volvió el campeón. Trámite saldado ante el Sporting. Suma y sigue el Barça en su asombroso duelo al Sol. Hasta ahora ningún equipo había ganado en el campo cinco entorchados de una tacada. Al menos que se sepa. Ha perdido el Barcelona un argumento poderoso como Eto'o, pero mantiene intactas las constantes vitales; esas señas de identidad que le han aupado a la cima: talento, conjunción y sobre todo trabajo. Mucho trabajo. El equipo engendrado por Guardiola tiene más estética que épica, pero en Mónaco, ante el pegajoso Shakhtar de Lucescu, volvió a dejar claro que está preparado para cualquier epopeya. El eterno rival se ha reconstruido de arriba a abajo, mientras que Beguiristain sólo ha alcanzado un fichaje de peso. Además Ibrahimović no es un refuerzo, sino un recambio. A falta de presupuesto, Guardiola ha priorizado apuntalar la defensa con una incógnita de la Europa profunda. Una decisión arriesgada, al más puro estilo Cruyff. Con todo y con eso este Barça sigue transmitiendo confianza. Posee algunos jugadores superlativos, que rozan la perfección partido tras partido. Mención especial merece Touré, un coloso que domina todas las facetas del juego. Es un privilegiado física, técnica y tácticamente, lo cual equivale a ser el futbolista integral. Él solo abarca latifundios, y su polivalencia es oxígeno para Guardiola, que no dudó en situarle de central en los partidos definitivos de la pasada temporada. A saber: Londres, Valencia y Roma. La decisión demostró no ser un experimento, sino un recurso de garantías. Aparentemente lento, el africano exhibió una poderosa zancada y una inteligencia admirable. Touré no sólo respondió a la necesidad del entrenador, sino que rindió al nivel de los mejores centrales del mercado. Nadie hubiera adivinado su posición natural a juzgar por aquellos tres partidos. Y la versatilidad del marfileño no acaba ahí. Guardiola también lo ha probado de mediocampo en adelante, con la intención de explotar la llegada y el trallazo de que dispone.

Gerard Piqué es otro de los superdotados del Barça. No ofrece dudas la jerarquía del canterano, consolidado como un mariscal en el eje defensivo. Es evidente que, por fortaleza y manejo del cuero, podría aspirar al mediocentro si así lo requiere el equipo. Futbolistas tan completos son un tesoro para los entrenadores. Con Touré y Piqué, Guardiola dispone de utensilios dos en uno, lo cual compensa algunas carencias de la plantilla. En ataque es Iniesta el que se multiplica. El manchego es junto a Xavi la lúcida cabeza pensante del Barcelona. Su talento le permite funcionar en cualquier parcela, ya sea cocinando el juego o amortizando la banda izquierda. Y donde no lleguen los doctorados llegarán los hambrientos aspirantes. De hecho ha sido Pedro, un emergente canterano, el que literalmente ha solucionado las dos supercopas. El juego espumoso y dinámico del canario amenaza con romper en una de las sensaciones de la temporada. El gran protagonismo de la cantera será insólito, sorprendente y fascinante. Los revulsivos del equipo para las segundas partes acostumbrarán a ser Pedro, Bojan y Busquets. Las soluciones de urgencia, Muniesa, Fontàs, Dos Santos y compañía. La fórmula que diseñó Cruyff, basada en la proporción de ocho canteranos por tres extranjeros en cada once, es hoy una realidad.

La efervescencia de la fábrica azulgrana es una red de seguridad, pero es natural la congoja del aficionado culé ante el despliegue de Florentino, en contraste con los cuestionables movimientos de Beguiristain y Guardiola. La puñalada a Eto'o ha sido una ruina económica, además de una incalculable pérdida deportiva. Los sospechosos fichajes de Henrique y Keirrison huelen a perro muerto. Unos 24 millones al limbo por dos futbolistas mediocres, cuyo disfraz de promesas se ha tragado Txiqui. Por no hablar de Cáceres y Hleb. Otros 30 millones desperdiciados en dos nombres que sí eran contrastados. Sorprende que Guardiola, que fue quien los solicitó, no responda ante el derroche. De momento el técnico no interviene en la parcela económica. Todo llegará. Que tome nota el candidato que pretenda abordar la presidencia. Guardiola está destinado a convertirse en mánager de forma natural, con plenos poderes deportivos y financieros. Como Wenger, Ferguson o Benítez. Y como el propio Cruyff. El mejor fichaje de la historia del Barcelona sería el contrato vitalicio para Pep Guardiola. Por capacidad y compromiso es el único candidato posible. Su arenga al grupo, ante la inminente prórroga frente al Shakhtar, no admite descripción verbal. Es una prueba de que el club debe estar en manos de un barcelonista de cuna, y el de Santpedor es sangre de la sangre del Barcelona.

Sea como fuere, el ser humano no puede vivir de desgracias pasadas, ni tampoco de esperanzas futuras. Es una ley natural. Como canta Julieta, el presente es lo único que hay. Y el presente cuenta que el Barcelona se ha dejado 100 millones de euros a cambio de meros sustitutos. La inversión exigía sufragar la llegada de Ribéry, Fàbregas o Mascherano. No ha sido así. Y finalmente la plantilla ha quedado innegablemente corta. Ibrahimović, el fichaje estrella, acusará la presión de todas las miradas. Sabe que está obligado a eclosionar desde ya, o la sombra de Eto'o se irá ensanchando. A nadie escapa que el sueco está repleto de quilates, con lo que su incorporación ha de interpretarse como una inversión. El otro refuerzo válido es Chygrynskyy, el deseado. El central es algo más que el amor de verano de Guardiola. Le ha llegado al corazón. Tanto se ha enamorado que ha pedido al ucranio por activa y por pasiva, y no le ha importado estrujar las cuentas. Deportivamente Chygrynskyy es una duda por despejar. Dice Pep que tiene el nivel exigido desplazando el balón. La final de la Supercopa no arrojó demasiada luz sobre sus condiciones. Tuvo a seis hombres dándole cobijo, y apenas intervino en el juego. Se sabe que es de tallo largo, zurdo y que parece Jesucristo. Domina los espacios, pero el gol de Pedro le dejó en mal lugar. Se comprobó que no destaca por ser un defensa intenso. Y reflexionando un poco se concluye, sin margen de error, que no será posible que mueva el cuero como Márquez o Piqué. Dice Pitxi Alonso que es mejor jugador que defensa. Reveladora definición. Sin duda estamos ante un central considerablemente fino y presumiblemente blando. Pronto se conocerá en qué queda, tras pasar por el tamiz de Guardiola.

Esta noche no ha actuado Chygrynskyy, ni Touré, ni tampoco Iniesta. Y con Messi en Buenos Aires, el equipo volvió a recaer sobre los jóvenes opositores. La alineación, francamente desangelada, no modificó el nuevo esquema de Guardiola. Alves y Maxwell habitaron en campo contrario, mientras que Piqué hizo de aguador junto a Busquets. Arriba, Bojan y Pedro fueron los cachorros de papá Ibrahimović. Las rotaciones supusieron apuros poco habituales en un equipo tan curtido. La respuesta a tanto revuelo fue deficiente también gracias a Preciado, que ha armado un equipo serio. La presión en media cancha incordió y mucho al Barça, cuyo riego sanguíneo se resintió. Por extensión, la chispa escaseó en ataque. Ibrahimović estaba bien sujetado por Gregory, y Pedro no hizo acto de presencia. De modo que fue Bojan el portador de todo el peligro. El canterano protagonizó las mejores tentativas de un once mermado, al que le costó encontrar la ganzúa del partido. A pesar de todo el once de Guardiola acaparó la posesión, las llegadas y los tiros a puerta, pero la noticia fue que no pasara el rodillo.

Como premio a tantas expediciones al ataque, el Barcelona halló un yacimiento de córners que solucionaron el atasco. Keita, una de las debilidades de Guardiola, resolvió el partido con sus patas de flamenco. El malí es una rara avis, sólo comparable a algunos pocos como Kanouté. De mirada ausente y constitución enclenque, es un jugador que constata el engaño al que induce la apariencia. Tácticamente es un centrocampista de gran valor. Siempre acude a cubrir cualquier boquete, y se ofrece constantemente al compañero. Sucede que al tener de socios a Xavi e Iniesta, queda retratado en cuanto a velocidad de movimiento. Y sí es cierto que funciona con un ritmo cansino. En Londres o Mónaco supuso un problema porque ralentizó la circulación. Sin embargo lo compensa con una buena zurda, llegada y gol. Capacidades nada desdeñables. Su fichaje no fue discutido por proceder de Sevilla, pero pocos conocían su idiosincrasia. Una temporada después, Keita ha certificado ser válido en un equipo ganador. La religión musulmana mantiene equilibrados a este tipo de jugadores. Les dota de cierta frialdad. Pero se ha comprobado que no les merma en la parcela competitiva. Guardiola tiene un sacacorchos. Sin ir más lejos, esta noche el Barcelona sólo ha encontrado alivio en los zancos de Keita, que ha tocado techo en cada salto. Dos de ellos han acabado en gol y el tercero en la madera. Ha sido el mejor por detrás de Bojan, cuyo concurso fue vital. Se hace mayor el de Linyola, que mariposeó por el área hasta lograr el 1-0. El encuentro prácticamente se cerró ahí, pero el campeón fue de menos a más.

El 2-0 aseguró los tres puntos, y en la segunda parte sí se gustó el Barcelona. Ibrahimović jugó los 90 minutos pese a su discutible estado de forma. Trufó la actuación con gestos que definen su estilo. De momento se desplaza como un elefante sin trompa. Aún le falta contundencia, en parte porque en su manual prima la estética. Hoy ha firmado el 3-0 con el remate propio de un '9' puro. Pero que nadie cuente con las cifras de Eto'o. Ibrahimović es otra cosa. Es una bestia distinta, a la que Guardiola debe domesticar a marchas forzosas. Dice Paco González que el técnico de Santpedor ha querido poner solución a un problema que aún no existe. No parece mal encaminado. Es un entrenador que ha marcado tendencia a todos los niveles. Y paralelamente es un tipo muy peculiar, de ideas tan claras como fijas. Sobre todo obsesivo e intervencionista. Más que sesera, Guardiola ha demostrado tener un vademécum. Tira de él a menudo. Casi siempre con éxito. Ocurre que, cuando falla, lo hace con estrépito. De momento el Madrid de Pellegrini es una filatelia repleta de sellos caros. Sí. Correcto. Pero cualquier anomalía en el plan de rodaje sería mortal para el Barcelona. El tiempo apremia, y no está permitido fallar en Can Barça: de las botas de Kaka' sólo puede surgir arte. Arte renacentista.

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