martes, 21 de julio de 2009

Benzema se estrena; una generación se pierde

Por Cristian Naranjo

Florentino Pérez ya no puede evitar que la sonrisa le inunde el rostro. Su segundo proyecto, si cabe más galáctico que el anterior, ha echado a andar. Frente al campeón irlandés y ante 10.000 espectadores, Cristiano Ronaldo y Benzema oficiaron la presentación del Real Madrid 2009-10. A la espera de Kaka', aún de vacaciones, el portugués y el francés acapararon todas las miradas. Si bien los partidos de pretemporada no son más que meros entrenamientos con un rival enfrente, sí permiten adivinar conceptos que se repetirán en el futuro. Queda claro que el sistema de Pellegrini es un 4-4-2 que puede convertirse en un 4-3-3. Todo depende del once inicial. Es evidente que Guti no puede ejercer de extremo como Robben, ni tampoco Sneijder como doble pivote. Da la sensación de que serán habituales los cambios en el esquema en función de los protagonistas.

Del primer tiempo, donde actuaron la mayoría de previsibles titulares a excepción de Benzema, destacó la posesión estéril del Madrid, falto de un jugador pequeño, talentoso y vertical. Véase Iniesta. Véase Cesc. Xabi Alonso mejoraría a Gago, pero no le añadiría profundidad. El argentino es un jugador infravalorado. Siempre se ofrece para iniciar la jugada y acostumbra a saber qué hacer con el balón, ya sea tocar en corto o en oblicuo. Evidentemente, acusa el ritmo cansino heredado de la liga argentina. Ahí es donde Xabi Alonso sí marcaría la diferencia: en velocidad de circulación. Sin embargo, el fichaje del guipuzcoano no ayudaría a abrir pasillos interiores. El desequilibrio recaerá con toda seguridad sobre los hombres de banda, que serán Cristiano y Robben a la espera de lo que ocurra con Ribéry. El portugués no ha enseñado nada positivo. Frente a una defensa numantina, se ha mostrado impotente. En España, se encontrará con muchos campos así: estrechos y plagados de minas. De momento está lejos de su mejor estado de forma, cuando su efervescencia se convierte en peligro.

En punta, Pellegrini ha optado por los galones en detrimento de Benzema. Raúl, un año más, sigue aferrado al trono sin noticias de querer abdicar. Su fe es indestructible y su esfuerzo encomiable, pero su hora ha llegado. Va a tener por delante a Kaka', Benzema e Higuaín, más jóvenes y con más vigor, pero no se prevé una rendición. Seguirá peleando hasta sumergido en formol. De momento, por más que arrugue el gesto al correr, sigue generando respeto a su alrededor. Decenas de jugadores y un ramillete de entrenadores han ido desapareciendo. Él ha permanecido, como la palabra escrita. Pegado al gran capitán, absorbiendo sus enseñanzas, ha comparecido Higuaín. El argentino posee todas las virtudes necesarias para jubilar al '7', pero carece de purpurina. La llegada de Benzema, más mediático, le cierra las puertas de la titularidad.

Otro que no tendrá sitio en el once será Guti, un fino especialista en el último pase. Todo el crédito que ha recibido Raúl le ha faltado siempre al '14', taponado todas las temporadas por grandes fichajes. Antaño fue Zidane. Ahora es Kaka'. Esta noche ha actuado de interior izquierdo, ayudando en la fase de creación. Pellegrini, como casi todos los anteriores, le busca acomodo en posiciones que no le pertenecen. Nadie acierta a colocarle en su posición natural, unos metros por detrás de los puntas, trazando líneas mortales.

Con empate a nada en el marcador, el segundo tiempo sirvió para comprobar las aptitudes de Benzema. El joven francés avaló su fichaje en 45 minutos, con tres ocasiones claras y un gol. El juego del lionés está repleto de matices interesantes que remiten a su gran ídolo: el viejo Ronaldo. Potencia de arranque, calidad en el control y cañones en lugar de botas. Esas son las características de Karim Benzema, un delantero imponente a sus 21 años.

Además del estreno goleador de uno de los nuevos galácticos, la segunda mitad permitió analizar el juego de varios futbolistas en entredicho, caso de Drenthe, Sneijder y Van der Vaart. Como ocurre con Huntelaar y Robben, el núcleo de holandeses formado por Mijatovic está bajo sospecha. Por el momento, Pellegrini parece contar con Sneijder y Robben. Al primero lo quiere para nutrir el centro del campo, mientras que al extremo lo necesita para ocupar el flanco izquierdo, deshabitado sin la presencia de Ribéry. A Drenthe, en cambio, lo ve como una alternativa para el lateral. Por su parte, Van der Vaart ha jugado de falso extremo, siendo el mejor con Benzema. Sorprende la intención del club de desprenderse de gran parte del clan naranja. Se intuye como una pretensión de arrasar con el legado de Calderón. En caso de deberse a razones estrictamente deportivas, no es comprensible la necesidad de desprenderse de un jugador como Huntelaar, un delantero preparado para ejercer de sicario a sueldo. Otros que parecen sentenciados son Drenthe y Van der Vaart, dos futbolistas totalmente válidos para rellenar el centro del campo. El ex-director de orquesta del Ajax le vendría de perlas a cualquier equipo consagrado, como puede ser el Barcelona de Guardiola. Asimismo, Van der Vaart sería la estrella indiscutible de cualquier conjunto de clase media. Su juego, como el del resto de holandeses, ha sido víctima de la inestabilidad del Madrid. A Drenthe, se le tiene en la capital por un negado del fútbol. Sin embargo, nadie le ha visto colocado en su posición natural ─interior zurdo─, en un equipo hecho. Se equivoca el Madrid dándole salida de apestados a los oranje. Gente como Salgado, Marcelo, Torres o Javi García sí que apesta de verdad.

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