miércoles, 22 de diciembre de 2010

Sweet Christmas

Por Albert Valor

Arrecia ya el frío invierno. Llegó la Navidad. Pero en Can Barça es primavera. Pasión de juventud. Alegría de vivir, de jugar al fútbol. Y la trinchera más temida, convertida en dancefloor. Un empate copero no empañará el recital. La fiesta merece seguir en 2011.

El Barça de Ronaldinho lo era por motivos obvios. Su silueta de purasangre era la mejor fotografía del equipo. Después, en aquellos dos años sin títulos ni lustre, escuché decir a Paco González que del mismo modo que la imagen del Barça se personalizaba anteriormente en el Gaúcho, se podía personalizar en aquel ahora en Gudjhonsen. El Barça de hoy es el Barça de Guardiola. El Barça de Xavi e Iniesta. El Barça de Leo Messi. Ninguna de sus piezas desmerece. Pero es la figura de Pedro Rodríguez Ledesma, un canario introvertido, sencillo y con la mandíbula deshilachada, la que mejor resume a este equipo. Pasión de juventud y alegría de vivir. Correr, correr y correr. Tocar, tocar y tocar. Gol, gol y gol.

Uno recuerda a menudo aquella época oscura de la institución a principios de siglo. Aquel tupido y estúpido lustro que partió en verano del 99 y se liquidó en la primavera del 2005 con aquel gol de Eto’o en el Ciutat de València. Un constante via crucis en forma de equipo de fútbol. Nunca llegaba el Domingo de Resurrección. Ni siquiera el aguinaldo. Y muchos culés quisieran borrarlo. De un plumazo. Pero no. Aquello fue la génesis. La ceniza que prendió la hoguera. En el día a día, no existe angustia sin alegría.

Unos cuantos apuntes como Post-Data: Di María es zurdo cerrado. Cerradísimo. No utiliza la derecha ni para subir al autobús. Pero cada día gusta más su pureza. Su fútbol añejo. ¿Y Benzema? En un mes donde ha recibido tantas críticas como en su peor época, ha marcado dos 'hat-tricks'. Así es el fútbol…

Ah! Me gusta el Levante. Hoy, su ‘once experimental’ se llevó un carro. Pero no olvidemos que los granota se empezaron a desangrar por errores individuales. De todos modos, Juanlu, Rubén Suárez, Caicedo, Sergio y algunos más, son bandera de buen fútbol. Y Luis García Plaza, un gran técnico.


Hasta la próxima.

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