lunes, 29 de marzo de 2010

Fuego

Por Albert Valor

Sí. Ya se desató el incendio. La Liga arde. Quema. Abrasa. El Barça ganó en Mallorca. Ibrahimović hizo un gol tan horrendo como capital. Y la presión, para el Madrid.

Presión. Presión y derby. Derby contra el Atlético. Dos conceptos que el Real Madrid manejó durante la última década a las mil maravillas. Salió timorato el equipo de Pellegrini, y el gol de Reyes le otorgaba suspense al encuentro. Un tanto que en realidad, fue la chispa que prendió la mecha. A partir de ahí se acabó el Atleti. Una vez más, se valieron los locales de la adversidad para crecerse. La remontada llegó en la reanudación. Estuvo oportuno Xabi Alonso. Y genial, una vez más, Álvaro Arbeloa, El señor de los ladrillos. ¡Cuánto aprendió este chico en Inglaterra!

El resto fue producto de la inercia. Gol de Pipita y penalti transformado por Forlán para que las aficiones vivieran con tensión el rush final. Aún no se sabe quien será el campeón. Quedan 9 jornadas. Un mundo. Y dos semanas para el Clásico. De momento, sólo sabemos que ambos contendientes suman 74 puntos en 29 jornadas. Sólo se fueron al limbo 13 unidades. Una barbaridad, sí.

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lunes, 22 de marzo de 2010

Se acaban los calificativos

Por Albert Valor

'Messirato'. 'Infinito Messi'. 'Messi, patrimonio de la humanidad. Todos los equipos del mundo deberían poder disfrutarlo al menos durante un partido'. 'La dictadura de Messi'. Esos sean, quizá, los titulares más originales que se han escrito sobre el incalificable '10' del Barça. Vaya por delante que el cuadro de jugadas que nos brindó el azulgrana no se da siquiera en construcciones oníricas. Es imposible incluso soñar con algo parecido. Y la verdad es que tanto hechizo acumulado, tanto en tan poco tiempo, va a secar las plumas de todos los redactores y se va a acabar cayendo en enunciados ordinarios.

Le escuchaba decir el otro día Santiago Segurola que la principal cualidad de Messi es sorprender. Sorprender al rival. Sorprender al público. Sorprendernos a todos. Cuando ya creíamos que el gol a los ingleses era cosa exclusiva de Diego Armando Maradona, llegó Leo para sacarle la mejor fotocopia -incluso anotó unas semanas más tarde uno con la mano-. Cuando aún no le veíamos como un especialista en el juego aéreo, marcó un gol de cabeza en una final de la Copa de Europa. Cuando creíamos que el guante lo tenía en la zurda, ayer nos descubrió que tiene otro en la testa y, sin saltar, cabeceó con dulce de leche, como a cámara lenta, un centro no menos liviano de Pedro. Y, por si no era suficiente, nos dejaba otra obra de arte en el 0-2. En Rac1 se acordaron de Ronaldo y de su gol al Compostela. Olía a desenlace el gol que completaba el hat-trick diez minutos después. Pero nada más lejos de la realidad. Aunque sea la realidad de Messi. Tras dos chispazos zaragocistas, el argentino cercenó la remontada maña provocando un penalti.

Petón decía en la Ser que nunca vio una actuación tan completa de un futbolista en un partido. Que si la prensa deportiva puntúa a los jugadores sobre 3, él le pondría un 6. Y todo esto, con un flemón. Y como de citas célebres va la cosa, ahí queda la de Alfredo Relaño en su columna de hoy en As: "Messi sería bueno hasta con apendicitis". La verdad es que todo ello colma los límites de esa realidad tan vulgar que vive por momentos la Liga española. Dos tripletes en competición doméstica en una semana y, entremedio, la exhibición europea ante el Stuttgart.

Parece que el fin de semana ha sido monopolio de Messi. Parece difícil hablar de otra cosa. Pero en PLF sacamos pecho por otro personaje que nos dejó el duelo de La Romareda. Se hablaba antes de esa remontada abortada por el rosarino. Una reacción que tenía nombre y apellido. Adrián Colunga, que apenas jugó media hora, tendrá el honor de decir que marcó dos goles en aquel encuentro. Aquél que aún elevará el recuerdo de Leo Messi dentro de tres o cuatro décadas, cuando los abuelos expliquen batallas a los nietos. El asturiano mostró ayer que habitar a la espalda de las defensas y romper fueras de juego es para él un modo de vida. Su estilo para hallar el gol, sutil y eléctrico a partes iguales, tendrá pronto un reconocimiento en la elite. Mientras, la Liga seguirá viviendo del presunto hijo de Dios. 'Messirato', titulan algunos. Una fantasía. Un mito. Y viviente.

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viernes, 19 de marzo de 2010

Palabra del 'profesor'

Por Albert Valor

Para Ángel Cappa, argentino de cuna, el mejor del mundo no es Leo Messi. Ni siquiera Cristiano Ronaldo. Para el 'profesor', el mejor "lleva la casaca con el número 8". Obviamente, se refiere a Andrés Iniesta. Dice del manchego que le recuerda al gran Ricardo Bochini. Que ambos juegan en diagonal, rompiendo entre líneas con fútbol de alto copete. Añade además que, como el 'Bocha', Andrés nunca está en el suelo. Que siempre termina impoluto los partidos. Con la ropa limpia. Nunca se enfanga. Y a pesar de ello, lo da todo por el escudo que lleva en el pecho.

PD: Otro estudioso, Juanma Lillo, dejó otro retal para definir al de Fuentealbilla en una reciente entrevista a un conocido periódico deportivo: "Iniesta es el paradigma de todo un equipo en un solo futbolista".

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miércoles, 17 de marzo de 2010

Eficacia en la trascendencia

Por Albert Valor

En las noches mágicas, Eto’o es Esencia de Loewe. Feroz pero inmejorable. La escopeta de Samuel nunca falla. Nunca en las grandes citas. Decían que 'Mou' conocía los recovecos y pormenores de Stamford Brigde, las debilidades del Chelsea. También el camerunés. Y bien que lo sabía su entrenador. Se especulaban improperios de todo tipo estas jornadas pretéritas en las que el ariete 'chupó' banquillo.

Pero si a Eto'o le tiras balas, te responde con bombas. Siempre llega a tiempo para sellar alguna boca impertinente. Siempre. Porque pese a que algunos no puedan soportarlo, siempre aparece en las grandes citas. Siempre en las grandes plazas. Y The Bridge lo es.

Se le puede achacar falta de técnica, sí. Pero el gol de ayer ya lo quisiera para sí el mejor Van Basten. Control en carrera de un balón que cae con fuerza –bien tocado, eso sí–, carrera ganada a Ivanovic y definición con el exterior a dos metros de Turnbull. Dan igual cuáles sean sus carencias como futbolista. Fecha marcada en rojo, gol de Eto'o.

Parece además que en Italia añadirá una nueva prestación a su sello de garantía. Si en el Barça disponía de multitud de ocasiones para surgir y resultar decisivo, parece que no será así en el Inter. Ayer apenas apareció tres veces en un partido a cara de can. Así que parece que su oportunismo también crecerá.

Si mi equipo fuera cuartofinalista de Champions, no quisiera evitar ni al sanguinario Manchester ni al sorprendente y peludo Lyon. Tampoco al Arsenal ni al Bayern. Ni siquiera al Inter. Me conformaría con no cruzarme con la escopeta de Samuel Eto’o. Esa que nunca falla. Nunca en las grandes citas.
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sábado, 6 de marzo de 2010

Cifras y letras

Un análisis de Cristian Naranjo

Besar unos labios nuevos, reírse con los amigos hasta quebrarse el tórax o disfrutar del cine en buena compañía. Pocos placeres tan apetecibles como el fútbol en HD, que cuando falta, se hace notar. El balón es condición sine qua non, porque acostumbra a estar ahí para poder volver a sus cifras y letras. La letra es el juego; las cifras, el gol. En la Liga, el equipo literato por antonomasia desde hace un lustro es el Barcelona; lo más parecido a dos generaciones de brillantes poetas. De Rijkaard a Guardiola: la del 98 y la del 27. Ésta última con un joven en estado de gracia. El poeta fue Pedro Salinas; el futbolista, Pedrito Rodríguez, para quien la luna siempre parece estar llena a juzgar por el viento que impulsa sus certeros trallazos. En el contexto de la poesía, se diría que el juego de Pedro vive al límite de la paradoja sin solución de continuidad. Cuando menos interviene, más mortífero se muestra. Su estilo es directo y profundo: sólo aparece para partir en dos los encuentros. Es un pragmático en mitad del éter.

En conjunto, el Barça suele interpretar de forma celestial el lenguaje del fútbol. Tanto, que cuando el balón está en posesión azulgrana se hace polígamo; tiene que repartirse entre Iniesta, Messi, Busquets... Aunque todos saben que la niña de sus ojos es Xavi Hernández, el creador del campo semántico. Por sus botas pasan más llamadas que por una antigua centralita, y él siempre logra la conexión adecuada: recibe, toca, se mueve, recorta, se gira… En cada momento, la figura retórica que exige el soneto. Tal y como sucedía con Federico García Lorca, cuando está Xavi no hace ni frío ni calor: hace Xavi.

Otra de las plumas insignes del Barça es sin duda Ibrahimović, el delantero Art decó por definición; un aristócrata infiltrado en la plebe, cuyo juego desafía lo paradójico para acercarse al oxímoron. Es enorme, luego no precisa de catalejos en la grada y se deja ver desde cualquier atalaya, pero sin embargo no tiene en el remate de cabeza su especialidad. El cíngaro parece jugar con ansiedad y a contrapié, rumiando en exceso en cada acción, como con miedo al fallo; a precipitar la jugada. Y no obstante se acelera cuando el instante requiere pausa. Por momentos está tan fuera de contexto como una columna en mitad del baile. Y hasta donde se sabe, en las pistas los pilares suelen ser un estorbo. Para desgracia de todo buen aficionado, por ahora los hechos dicen que el fútbol de Ibrahimović evoca más al de Gudjohnsen que al del cisne Van Basten, un álter ego al que está tardando en invocar.

Samuel Eto'o era la antítesis del delantero estático: se las llevaba todas por mero amor propio, por confianza en sí, esa variable intangible que tanto influye en cualquiera de los órdenes vitales. Los primeros silbidos hacia el punta de origen balcánico suponen la añoranza implícita del camerunés. Por más que los media sigan silenciándolo, Pep Guardiola cometió un grave error para con Eto'o. Y en cambio volvió a demostrar finura y gusto en la herramienta elegida para motivar a los suyos. La historia de Iñaki Ochoa es un sobrecogedor canto a la libertad y un desafío a los límites de la amistad. Acabó mal, pero fue un milagro de 14 rostros. El reportaje, una obra maestra, eriza y detiene la respiración; simplemente, hace llorar. Es el espíritu de equipo al servicio de un rescate imposible, reconstruido a la perfección por Informe Robinson. En este caso, y como de costumbre, un diez para el minucioso técnico por transmitir ética además de épica.

Lo que Guardiola buscaba era un golpe de efecto en un momento bajo del equipo. Y es que, trasladando los escritos al campo, se diría que el exceso de letra produce hastío, al igual que la cajeta empalaga y las cifras confunden. Para el Barça es siempre temporada de fresas, pero este año le cuesta montar la nata; bruñir el juego. Más deberes para el míster, a quien se le acumulan los exámenes en la mesa. Su ariete púrpura necesita mejorar y lo hará; y el equipo con él. Otros, como Chygrynskyy o Henry, lo tienen más crudo. Hace tiempo que el francés abandonó los tacones de aguja para ponerse cómodo. Y el ucranio ocupa el último pupitre desde su llegada, sin dar indicio alguno de resurrección cristiana. Su expediente es tan simple como triste: cero coma cero en todo, a excepción de un aprobado en geometría, por unos pases que en ningún caso le redimen. Por momentos pareciera que al central le falta alguno de los sentidos. ¿Acaso la vista? ¿Acaso el oído? El caso perfecto para el Dr. Hannibal Lecter, que gusta de examinar a jóvenes introvertidos, esbeltos y de larga cabellera. Un caso perdido a todas luces. El segundo salto al vacío de Guardiola.

En Concha Espina se viven momentos bien distintos. El Madrid es pura praxis. Funciona con valores absolutos. Es el culmen del facta non verba. Mientras que el Barcelona hace de la letra su bandera, las cifras son cosa de Cristiano Ronaldo, Higuaín y compañía. Sumas y más sumas al servicio de Pellegrini. El atleta portugués va camino de borrar el estigma de su nombre, que traía consigo abandono, desidia y nocturnidad. Más que actuar, Cristiano sobreactúa. Pero el luso está justificando la inversión de sus archimillonarios patrocinadores. Es el ejemplo de que ser egocéntrico no es óbice para mantenerse en la cumbre.

Por su parte, Gonzalo Higuaín es algo más que un delantero a la vieja usanza. Más bien pertenece al medievo. Lo constata su aspecto rudo y desaliñado, así como la crudeza de su fútbol febril; vestigios de un superviviente a la peste bubónica. El 'Pipa' juega como reivindicando al gremio de carpinteros, pues jamás esconde sus herramientas: el martillo y el serrucho. Sus cifras dictan sentencia: más que un martillo, martillo pilón.

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lunes, 1 de marzo de 2010

El mundo es un balón y la Premier, un triángulo

Por Albert Valor

Y el fútbol, como la vida misma. Lo realmente curioso es que líos como el acaecido a raíz de la terna formada por Wayne Bridge, John Terry y Vanesa Perroncel no se produzcan más a menudo. Se dice que eran muy amigos antes del affaire. Ahora, ni se saludan. Pasan a menudo estas cosas. Lo curioso es ver como casi siempre se culpa al corneador. ¿Acaso no le debía Perroncel fidelidad al bueno de Wayne? ¿Acaso alguna mujer tiene dueño?

Bien, tras la primera inmersión de PLF en el mundo rosa –o amarillo, o del color que quieran-, hablemos de fútbol. Se habló mucho del partido antes de su disputa. Pero más dio que hablar mientras se jugaba, e incluso después. El partido de los citizens en Stamford Bridge –nada que ver con Wayne Bridge- expuso al gran público el poderío de los Bellamy, Tévez o Wright-Phillips al contragolpe y de rebote, se intuyó que con un par de inversiones más –dinero no le falta al vecino rico de Manchester-, el City puede ser la próxima campaña un candidato a todo. Una mañana de domingo más, en los bares de Barcelona se habló de lo bien que le iría éste o aquél al Barça. Muchos olvidaban, también una vez más, las pocas opciones que se le plantean a los culés para jugar contragolpeando.

Además, todo ello le da otro aire a la Premier, que otra vez se resolverá entre tres aspirantes. El United queda casi como estaba. Casi porque sigue a un punto. A un punto pero con una Copa de más, esa Carling que carga el calendario de partidos y que deja el pecho henchido a quien la conquista. Otra vez Rooney, aunque suplente, fue decisivo. Y el Arsenal, que tras descolgarse una jornada sí y otra no, coge otra vez el rebufo. Se presume que si se cae en otra curva, ya no llega a la foto finish. La verdad es que no acostumbran el Chelsea y el United a dar muchas alternativas. De hecho, los gunners han perdido ya este año los cuatro partidos ante blues y red devils. Pero también ellos han sufrido derrotas que les han penalizado. Ahora, diez jornadas por delante, 30 puntos en juego y sólo tres entre ellos. Otro triángulo. Pero se intuye que éste no será amoroso.

Tampoco será idílica la lucha a tres bandas por la cuarta plaza. A ella se aferraba, como se apuntaba antes, el Manchester City con esa victoria de enjundia en Londres. Y ayer, los que se apuntaban al incendio de pasiones, eran el Tottenham y el Liverpool. Ninguno de los dos está acostumbrado a estos contextos. Bueno, quizá sí un poco los reds. Aunque vienen los de Merseyside precedidos de un gran prestigio europeo forjado durante el último lustro, la verdad es que en la competición doméstica suelen andar a la cola del Big Four. Y bien es cierto que la temporada pasada pelearon hasta las últimas fechas el cetro al ManU. Pero este año, y tras ver como transcurría el campeonato, quizá se vea esto como un mal menor. Con la vuelta del binomio Gerrard-Torres, Anfield aún alberga esperanzas. Ayer, lograron un gol por barba y tres puntos para seguir en la pomada. Tampoco es habitual ver al equipo de White Hart Lane por aquí. Los del noreste de Londres son un equipo histórico, y hay mucho que contar de ellos en los anales de la liga inglesa. Y tras ese esplendor perdido, parece que por fin un técnico ha sabido transmitir una filosofía que le está dando a los Spurs el lugar que merecen en la clasificación. La victoria de ayer ante el Everton fue de las importantes, ante un rival que juega y hace jugar. Los goles de Pavlyuchenko y Modrić nos hicieron recordar que no sólo de España vivió aquella Eurocopa de Austria y Suiza.

Hablando de la Eurocopa y de España, hablemos del Mundial y de España. Ya nadie quiere renunciar esa ilusión. Somos favoritos. Y aunque una Copa del Mundo es otra cosa, ya nadie obvia la candidatura de la selección española. Sobretodo por plantilla. Y aún más por fútbol. Casillas es el mejor portero, aunque también lo son Julio César o Buffon. Puyol y Piqué son la pareja de centrales del Barcelona hexacampeón, cualquiera los quisiera para sí, puede que no haya otro dúo mejor. Los laterales fallan un poco más. Cuando hablamos de carrileros con recorrido siempre pensamos antes en Maicon, Alves, Glen Jonson e incluso Inkoom –la nueva perla ghanesa- antes que en Capdevila, Ramos, Arbeloa o Fernando Navarro.

El centro del campo ya es otro cantar. Nadie tiene una sala de máquinas donde intervengan Xavi, Iniesta, Cesc o Silva. Realmente, esa sociedad se puede ver superada por físico. Nunca por fútbol. Sobretodo teniendo en cuenta que si alguno se rompe, Xabi Alonso, Busquets o Jesús Navas estarán a la espera. Luego está la delantera. Villa y Torres son fijos en la convocatoria, probablemente titulares. Y las otras dos plazas se deciden partiendo de otro triángulo. El formado por Güiza, Negredo y Llorente. Parece que el riojano, tras tener su esplendor meses atrás, ha quedado un poco a remolque. Le ha ganado la partida ese vallecano con apariencia de miura. El rebautizado por Alfredo Relaño como el Trueno de Zenica. De momento, y pese a no pasar por su mejor momento como goleador, Güiza parece ocupar el hueco de tercer delantero. La realidad es que lleva temporada y media lejos de su mejor nivel. Pero cuando se enfunda la Roja, siempre demuestra su talento. Del Bosque lo sabe. No se puede desperdiciar tanto arte. No se puede desperdiciar tanta pasión.

Se acerca el fin del curso y con él, esa guinda que será el Mundial. Mientras eso llega, las competiciones de clubes empezarán a arder en breve. Está a punto de desatarse más de una hoguera. En algunos casos, de vanidades. En otros, esperemos que de puro fútbol. Pero por ahora, todo se plantea a partir triángulos.

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