sábado, 31 de octubre de 2009

Noches tintadas de azul y grana

Reflexiones insomnes de Cristian Naranjo
para 'Sir' Eduard Ferreres

Sobre Johan, Pep y Samuel

Y lo sabes, Sir. Y lo sabes ─en referencia a un comentario sobre Chygrynskyy de la última entrada─. Tú sabes que estoy en lo cierto. Guardiola está aplicando, y en ocasiones mejorando, todo lo bueno de Cruyff. ¿Dónde está el pero? En que también ha empezado a calcar los mismos errores de autor. Después de Atenas, Cruyff se desprendió de sus cuatro grandes para traer a Escaig, Korneiev, Eskurza, Prosinecki, Hagi y más tarde a Kodro, además de subir al primer equipo a figuras como Sánchez Jara, su yerno Angoy, y su hijo Jordi. Quería una revolución y la tuvo: una revolución patética, fracasada, lamentable.

Casi quince años después, Guardiola desechó a Ronaldinho, Deco y también a Eto'o, al que no quería porque prefería a 'Manolito' Adebayor ─jugador sedoso, por cierto─. Eran tres de los más gigantes que han pasado por aquí. No vamos a descubrirlos ahora. Finalmente se fueron los dos brasileños, y al poco se comprobó que la decisión fue acertada. Aunque personalmente opino que nunca se sabrá qué hubiera pasado con ellos aquí. Quizá eran recuperables para la causa, o quizá no habríamos ganado nada. El caso es que sólo se quedó Eto'o. Y con él, con su espíritu animal, volvimos a ganarlo todo. Y yo vuelvo a preguntarme una y otra vez: ¿En qué cabeza cabe desprenderse de un nueve en su plenitud, que ha marcado 36 goles (120 en el cómputo total) y ha dado tres Ligas y dos Champions? Pues tan sólo en la de un genio algo trastocado, como lo fue Cruyff y como lo es Guardiola. ¿A quién se le ocurriría despreciar a un buen central de perfil defensivo, rápido, intenso y contundente ─Cáceres─, para fichar a un 'no defensa' del género tronco, todavía más lento que Márquez ─que ya es decir─? Pues primero se le ocurrió a Cruyff ─no tengo dudas sobre su influencia en las operaciones del trueque de nueves y del zaguero ucranio─. Y después, Guardiola le obedeció. No discuto el fichaje de Ibrahimović en ningún sentido; desde el primer momento entendí lo que se buscaba con el cíngaro. En cambio sí discuto que el señalado para saltar fuera el 'Negro' y no el gendarme francés, un punta reconvertido, cuatro años mayor, físicamente débil y pasado de vueltas.

Tener a Eto'o en el campo suponía siempre un plus, por físico, carácter ganador e instinto. Y además, en el tramo final demostró que también servía para entrar por banda. No habría delantera más feroz que Messi, 'Ibra' y Eto'o. El debate brillaría por su ausencia. Gente como Henry, a moldear banquillo o mejor al desguace. Gente como Pedro, de revulsivo y sacacorchos ─gran complemento de segundas partes y partidos menores─. Gente como Bojan, al Júpiter si pretende ser titular algún día. ¿Gente como Robinho? Esa delantera no daría lugar a un refuerzo invernal con pedigrí mediático. No lo veo claro, Sir. Salta a la vista que sin Eto'o la plantilla ha perdido tantos goles como voltios. Ni Henry, ni Robinho, ni siquiera Ribéry tienen esa presencia escénica de: 'Hola, soy Eto'o, he venido a buscar otra Copa de Europa'. El díscolo escandinavo es un jugador de bodega, un gran reserva del fútbol, sólo apto para gastrónomos de paladar exquisito. Pero ha venido como recambio, no como refuerzo. Ahí esta el matiz. Con Henry en el IMSERSO y Bojan en el recreo, es Pedro el que habita la banda, pero la tiene arrendada, no en propiedad. Si viene Robinho, bienvenido sea: el lado izquierdo del ataque tendrá nuevo inquilino. Pero no dejará de ser otro pespunte sobre la marcha.

El centro del campo no presenta mejores síntomas. Iniesta aún tardará en ser Iniesta; los africanos están llamados a otra guerra; Busquets ha perdido apresto durante el verano; y Xavi, la placa base, sostiene a duras penas el sistema. En defensa, más de lo mismo: pocos eslabones en la cadena, algunos de ellos débiles o muy débiles. A saber: Márquez, Maxwell y, sobre todo, Chygrynskyy. El mejicano ya está ajado por el tiempo aunque puede resurgir; el brasileño simplemente cubrirá el expediente; y el ucranio evoca a personajes que poco tienen que ver con la esfera de cuero: Jesucristo, Frankenstein o el hombre de las nieves entre otros. Del profeta posee la extrema benevolencia y el discurso. Poco después de fichar por el Barça declaró: "Este club es como una religión". Y de hecho predica con el ejemplo: es un central de lo más religioso, máxime con el balón en juego. Al personaje de Mary Shelley recuerdan sus movimientos mecánicos y al ralentí, como si fuera un sonámbulo de hojalata. Y en cuanto al hombre de las nieves, 'Dima' se asemeja en el pelaje y en ese aspecto desaliñado y abominable, pero no en el carácter. Antes al contrario. Chygrynskyy no muerde. No tiene fauces: sólo come hierba.

Por arte de birle y birloque, este verano se ha malgastado mucho a cambio de bien poco. Tanto como 100 millones en billetes usados, todos al agua en un maletín, por cambiar a un delantero 'súper' por otro que puede serlo, en condicional. 48+20 'quilos' se fueron por ahí. Otros 25 en 'Yo, robot'. 14 más en 'Romarinho' Keirrison. Y los cinco últimos en Maxwell, en este caso bien invertidos por relación calidad-precio.

Es ciertamente triste que con el equipo que había, más una inversión considerable, y después de haber criticado airadamente el desembolso de Florentino, tengamos que acudir a las rebajas de enero, unas rebajas que en términos económicos son en realidad una subida de precios. En fin, veremos qué ocurre cuando se abra el plazo. Hasta entonces no se sabrá qué hay de cierto al respecto de Robson de Souza.

Ya queda menos para el regreso de 'Papá' al Camp Nou. El sentido común se impondrá a los cuatro merluzos disidentes, y se llevará el abrazo absoluto que merece. Si bien el debate al respecto de los sueldos en el deporte sería interminable, lo que sí tengo claro es que tras hacer algo grande sí merecen la gloria y el homenaje del aficionado. No hay que olvidar que un futbolista 'solamente juega para ganar', y no según el volumen de la chequera. En el campo son todos iguales. No corren más los mejor pagados. En todo caso al contrario. El ejemplo está en Milán: fue bañarse en oro y éxito, y 'Ronie' dejó de correr.

Esa misma semana, 28/29-N, se jugará el gran clásico, una vez más el del siglo. No tengo pronóstico, pues son siempre partidos de triple en la quiniela. Pero otra cosa que tengo clara es que con Eto'o me sentiría más rápido, más fuerte, más seguro. Mucho más. El de la piel azul saldría a dejársela por nosotros, como hizo siempre, fiel a su cita con las grandes ocasiones.
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jueves, 29 de octubre de 2009

Semana vista, semana enfermiza

Por Cristian Naranjo

Semana psicótica para los amantes del fútbol televisado. El sábado en el Allianz Arena, en partido de Bundesliga, Van Gaal hizo bueno el recurso del central a repicar campanas para doblegar al Eintracht en el último suspiro. Anoche, sólo unos días después, esta vez en Frankfurt y en partido de Copa, el Eintracht recibió un rapapolvo por parte del propio Bayern ─0-4─. Así de malcriado es el deporte rey. El domingo, también en Alemania, Schalke y Hamburgo se dieron al frenesí goleador ─3-3─. Mientras que el gigante de Múnich no llegará muy lejos si pretende vivir a costa de sus monolitos y un centro del campo próximo a la Edad de Piedra, otro futuro bien distinto promete el conjunto norteño, cuyo gozne pertenece a Zé Roberto. Ironías del fútbol: el brasileño, desechado por el Bayern este verano, es justo el resorte del que carece ahora el club bávaro. En un renovado Hamburgo, al veterano todoterreno le secundan jóvenes figuras en ciernes, caso de Pitroipa, Berg y por supuesto el chispeante Eljero Elia, gran revelación de la Bundesliga por una cuestión de velocidad pura. Estará en el Mundial, posiblemente gozando de bastantes minutos en pantalla.

También durante el fin de semana, en la Lega Calcio, los centrocampistas del Inter insistieron en encubrir a sus puntas, el Milán enseñó destellos de resurrección a base de trompazos, la Juve se reencontró con Amauri, y la 'Samp', a lo suyo, disfrutando de su sueño en otra dimensión. Los festivales dejaron de ser noticia en el Luigi Ferraris. Y ayer miércoles, en lugar de la Copa, perseveró la liga. A la espera del líder, el Inter de Mourinho que juega hoy en Palermo, la conclusión es que el Milán seguirá sufriendo los achaques de la vejez y que las cebras de Turín están definitivamente de vuelta. Aplastaron a su vecino en la tabla, la Sampdoria, con una alineación para soñar en grande: Buffon; Grygera, Cannavaro, Chiellini, Grosso; Camoranesi, Sissoko, Felipe Melo, Giovinco; Diego; Amauri. Como ya se presumía, la lesión de Iaquinta será como savia para Amauri, que a partir de ahora dispondrá de todo el frente de ataque, y para Giovinco, el sustituto elegido. Su asociación con Diego, complementada por el apache Camoranesi y la fuerza animal de Sissoko y Melo, ya ha comenzado a generar beneficios. La bien parecida 'Samp' puede dar fe de ello. Le cayeron cinco en Delle Alpi, merced a una exhibición de catálogo de toda la 'Juve', en bloque. La sociedad Amauri y Asociados, especialistas en encimeras de granito, es por fin un hecho.

En Inglaterra es ya una costumbre que el Chelsea golee sin sacudirse el hombro. Essien ─¡qué futbolista!─, Lampard, Anelka, Drogba y compañía van camino de recuperar el cetro doméstico y de alcanzar el europeo. De la mano de Ancelotti, no parecen acusar los blues ni los años ni las decepciones pasadas. Arrollaron al Blackburn en la Premier y anoche hicieron lo propio con el Bolton en la Carling. La zaga sigue funcionando, la delantera es un martillo y la media ha enrolado a un timonel de campanillas. No es un fichaje; es un regreso. En efecto: Deco is back. En cuanto al vigente campeón, el United, nada que reprochar a su inicio de temporada. Si bien no se muestra tan pétreo como Chelsea, dispone igualmente de un grupo contrastado que acumula puntos de experiencia. Sucumbió en Anfield porque Torres gusta de hacerle retratos a la pareja Ferdinand-Vidic ─centrales vulnerables a campo abierto y por tanto sobrevalorados─, pero aguantará a la rueda del Chelsea hasta el final. Del Liverpool, poco que añadir a lo conocido: Torres, Benayoun… y hasta ahí. Un año más ─¡otro más!─, irá dando tumbos por la tabla hasta aburrirse de sí mismo. Anoche en partido de Carling, plagado de suplentes, confirmó tener peor plantilla que el Arsenal además de peor equipo. Y es que Wenger tiene incubadoras para todos. Qué diferencia de modelo. Ambos clubes llevan un siglo sin ganar, pero el baby Arsenal sigue un patrón, tiene una idea, responde a una filosofía: mucha juventud, algo de veteranía y toneladas de talento. El equipo B, con Fran Mérida al mando, simplemente jugó al escondite con los reds. Il Principino Aquilani, que por fin debutó, no anuncia una revolución: es algo más que Lucas Leiva y algo menos que Xabi Alonso.

Analizada en panorámica, ha sido por tanto una semana delirante, generosa en espectáculo, emoción y goles. Y todo sin llegar a España, país de locos geniales, donde se han vivido siete días intensos y convulsos. Es la Liga un torneo tan igualado y cambiante que las fronteras entre la clase media y la baja se difuminan semana tras semana. El Sevilla, que ajustició con arte al Madrid y se ganó el derecho a réplica, cayó después en A Coruña sin paliativos. Se reivindicó entonces el 'Depor' de Lotina, días antes de ser vilipendiado por el Valladolid de Mendilíbar. La conclusión es que la española es una liga rica en matices, repleta de jugadores competitivos y trufada de entrenadores que trabajan sus equipos a conciencia. Eso, que por un lado sanea el torneo y seduce al aficionado, por el otro elimina candidaturas al título. Que los equipos malos sean minoría es lo que finalmente impedirá a Sevilla y Valencia opositar al título. Los números hablan tras ocho jornadas. Los de Jiménez y Emery, que en líneas generales han firmado un buen arranque, están a seis y siete puntos del líder respectivamente. Una distancia sideral a estas alturas. El Valencia cotiza al alza en las últimas jornadas tras un comienzo dubitativo, al tiempo que el Sevilla se presume como un conjunto sólido y fiable, máxime en el Pizjuán. Pero ahí está, en la práctica, la brecha con respecto al Barcelona.

En cualquier caso es una gran noticia que los modestos sí tengan voz y voto. El sábado, en Gijón, 'Super Mario' Preciado ganó la partida a la galaxia, gracias a una defensa numantina más que asturiana. Canella se ha consolidado, Gregory y Botía han sido un hallazgo, y Lora, que era un delantero cerrado en infantil, se ha adaptado con naturalidad al lateral. Junto a Juan Pablo completaron un partido inmaculado. Sin duda, en El Molinón habita una de las defensas a tener en cuenta: rigor táctico, intensidad y clase con el cuero. El empate, visto como un tesoro en Gijón, no cayó bien en Madrid después de la derrota frente al Milán. Lo que nadie podía augurar era el esperpento de Alcorcón, donde las pirámides de Florentino se desmoronaron al unísono y con estrépito. En ocasiones, el fútbol produce resultados de tal sonrojo y contundencia que apenas si dan lugar al escarnio. Pellegrini tiene alarmas en todas las líneas, comenzando por la media, donde apenas la anarquía de Guti ofrece garantías.

Por su parte, el Barça de Guardiola aprovechó la reverencial visita del Zaragoza para recuperar la sintonía y, de paso, castigar la candidez de Marcelino, empeñado en perder sin salir del vestuario. Ibrahimović va a más: descuelga balones de la azotea, asiste, finta, remata y, sólo en sus ratos libres, lanza misiles. El otro destacado fue Keita, que pese a su aspecto abnegado y frágil ya tiene a la grada en el zurrón. Las patas de flamenco del malí son el recurso de moda. Y en Copa, ayer el protagonista volvió a ser Pedro, dotado con un sentido arácnido para el gol. Gai Assulin es pura fantasía, Jeffren aprobó como lateral y Maxwell va ganando confianza a ritmo de minutos. En negativo, Chygrynskyy ofrece cada día nuevas dudas aunque no lo refleje la prensa. Lento, frío y descoordinado, todo un galápago, no hay en él vestigios de Koeman sino más bien de Christanval. No es una sorpresa: las referencias hablaban de un central mediocre. 25 millones al desagüe, imputables euro a euro a Guardiola, un tipo presumiblemente concienciado con las desigualdades. El fútbol lo corrompe todo.
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jueves, 22 de octubre de 2009

Fiesta en el geriátrico

Por Cristian Naranjo

Ya desde el inicio de las clases se viene cuestionando al Madrid por su juego discontinuo y áspero, más cercano a la lija que a la seda. No son críticas gratuitas pero tampoco endógenas: responden al síndrome del triplete azulgrana. Es la famosa teoría de los vasos comunicantes, según la cual el estado moral de unos depende directamente de los otros. En este caso, son mayoría los observadores que atribuyen el derroche de Florentino a la gran temporada culé. Dejando de lado la causa, la consecuencia es que el Madrid ha renovado su cuadriga. De los 250 millones gastados, más de la mitad sufragaron dos corceles incontenibles; un Cavallino Rampante y un Pegaso. A saber: Cristiano Ronaldo y Kaka'. El portugués asegura una lluvia de goles, en tanto que el brasileño se caracteriza por una inteligencia y elegancia que remiten a Julian Ross. Salvo que a él no le duele el corazón. Futbolistas ambos indiscutibles, superlativos, de talla mundial, cuya ausencia acusaría cualquier formación. El Madrid ha perdido al más determinante cara a puerta y lo está sufriendo en los lances de altura, como ocurrió en Sevilla y esta noche frente al Milán. Sobre el césped, a priori, sí estaba el escolapio Kaka', ilusionado por el careo ante sus ex compañeros. En la práctica, sólo la alineación dio fe de su concurso. No existió, y comienza a imponerse la sensación que el media punta se esfuma en noches exigentes. A la pobre actuación del evangelista se unió Benzema, todo un especialista en desapariciones, así como Granero, que de capitán ha pasado a grumete. Tampoco funcionó el doble pivote, donde sigue sin adivinarse qué tarea tiene asignada cada uno. Es una realidad: hoy por hoy Xabi Alonso y Lassana Diarra, más que mezclar, se cortan.

Si el equipo de Pellegrini llegaba al clásico europeo inmerso en dudas y rodeado de críticas, el de Leonardo ─qué nombre más renacentista y bello, ¿no es cierto?─ se presentaba con graves heridas de bala. En plena caída libre desde que levantara su séptima Liga de Campeones, presidido por un demente que ha limpiado las arcas, estructurado en base a futbolistas neolíticos como Kaladze, Seedorf e Inzaghi y huérfano de Kaka', el Milan es hoy un sucio borrón de su leyenda. No hay forma de explicar cómo un gigante de Europa ha podido dejarse llevar así, exprimiendo una generación obsoleta desde incluso antes de aquella final de 2007 en Atenas. Deportivamente fue un suicidio acudir al desguace a por Ronaldo y Ronaldinho, incapaces ambos de mover su cuerpo de mamut. Y no es otra que la afición rossonera la que sufre las consecuencias de la corrupción de sus dirigentes, a los que no es necesario nombrar. Por todo ello llegaba el Milan herido de muerte y el Madrid, rompiendo apuestas, no lo remató. En el último lustro no había tenido el equipo blanco un partido en Europa más propicio para exhibir su bestial pegada. Ante un once deslavazado y hecho jirones, formado por ancianos del deporte, los de Pellegrini volvieron a colmar de razones a los escépticos.

Tras cinco años sin pasar de octavos a nivel continental los merengues habían perdido su temible aura. De la mano de Florentino, inédita y salvaje inversión mediante, todo parecía haber cambiado en Chamartín. Por chamba, todo menos Raúl, el único superviviente del naufragio. Ausente Cristiano Ronaldo y desdibujado Kaka', el Madrid se conjuró una vez más entorno al añejo pescador, que rodeado de sangre fresca aún puede permitirse brillar. Como recitaría Manolo García en relación a aquélla mujer madura, pese a ser uva de la vieja parra Raúl está bendecido por un dios: el de los años bien llevados. Larga vida al eterno capitán, que abrió el marcador de nuevo a su manera, recogiendo las conservas del área como haría Carpanta. Fue Dida quien le cedió los calamares. Quizá le supo mal la segada de Zambrotta a Benzema. A partir de ahí, lo sucedido fue más abstracto que un film de Lars von Trier. No tiene justificación alguna que el Madrid haga una fiesta en el geriátrico, regalándole el campo y el cuero a un grupo de jugadores vetustos, prejubilados, carentes de todo físico. El once blanco ninguneó al Milán, le permitió desplegarse a ritmo de caracol, ganar la zona de tres cuartos y maniobrar sin lastre en la frontal, donde Pirlo, Seedorf y Ronaldinho aún pueden resultar mortales. El italiano empató el marcador ya en la segunda parte, con un respingo precioso que sorprendió a un Casillas contagiado de tanta mediocridad. Acto seguido llegó el segundo en plena revolución senil, merced a un envío a la espalda de Pepe y Albiol que Casillas salió a abortar en falso, abriéndole paso a Pato para que definiera a placer. El tanto, que se antoja sencillo, va precedido de un asombroso quiebro al guardameta con el tronco. El joven brasileño es un escándalo.

Corría el 66' y al Madrid le tocaba recurrir a la épica, esa que tantas veces le salvó el culo a última hora. Entró Drenthe por Granero y activó la batidora. Gracias al holandés el conjunto blanco ganó revoluciones como para exigir a Dida, cuyos guantes tenían restos del desayuno. En el 76', tras una carga de ocasiones y por una cuestión de justicia, Drenthe empató el choque con un zurdazo seco adonde les duele a los porteros. El pase, del más listo del recreo. Siempre 'Tom Cruise'. 2-2 y una minutada por delante. Viento de cara para el Madrid, obligado a cerrar el choque ante un rival que iba en pantuflas por el Bernabéu. No fue así. Un minuto después del empate, Ronaldinho se calzó las botas por primera vez, dejó de rueda a Pepe y su centro terminó a pies de Seedorf, que lo enganchó a bote pronto mandándolo arriba. No fue sino el trailer de lo que estaba por venir. En el 85' Pato exigió lo mejor de Casillas. En el 86', fruto de un córner limpio, llegó el 2-3. El árbitro lo anuló por decoro. Ni así, aprovechando el juego del mentiroso, pudo el Madrid adelantarse en la recta final. De nuevo fueron los saurios los que pusieron cerco al marco contrario, avanzando a paso lento pero a campo abierto, sin oposición alguna. En mitad del ida y vuelta, la zurda de Seedorf alcanzó la media luna y dirigió el balón con plumas de ganso a Alexandre Rodrigues da Silva, 'Pato', que rubricó su exhibición con un remate en suspensión, al primer toque y acolchado de interior. Gol de figura mundial en el mejor escenario posible. No debería tardar mucho el brasileño en migrar de Milán.

Finalmente 2-3 en el Bernabéu en una velada tan fría como la de anoche en el Camp Nou. Si por algo destaca la Liga de Campeones es por ser caprichosa. Depara trampas en lugares inesperados y no concede indultos: quien perdona, lo paga. Los dos grandes ya están apercibidos. Sobre todo el Barcelona, obligado a ganar en Rusia y después ante un Inter que ya prepara el abrigo de borrego. De no ser así deberá ir a Kiev a batirse el cobre de los octavos. Hipotecarse en Europa supone un interés muy elevado, en ocasiones insalvable, como le ocurre a un Atlético para quien lo trágico siempre ha sido magnético. Sólo el Sevilla se mantiene en pie, heráldico, con nueve puntos y goleando fuera de casa. El equipo de Jiménez desprende aromas de jazmín de España, el más oloroso y radiante de su especie.
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miércoles, 21 de octubre de 2009

Olor a óxido en Arístides Maillol

Por Cristian Naranjo

¿Es posible que un equipo, acumulando el 75% de posesión, lanzando once córners, rematando trece veces a puerta y generando al menos tres ocasiones francas de gol, pueda perder el partido en su propio estadio? Sí, es posible. Ha sucedido esta noche, en la calle Arístides Maillol. Qué gran invento esto del fútbol cuando se revela a las leyes de la lógica. El Rubin Kazan, un neófito en Europa, ha sido capaz de hipotecarle la competición al Barcelona de forma justa, limpia y sorprendente. Con apenas cuatro cáñamos, pocas veces un equipo había logrado tanto con tan poco en el Camp Nou, donde algo huele a óxido más que a gasolina. En mitad de un ambiente gélido y lánguido el conjunto ruso se sintió como en casa, demostrando tener aprendido el temario. Salió a replegarse sin renunciar al gol y lo encontró antes de empezar. Primer fallo garrafal del Barcelona y primer golpe a Valdés: incontestable, violento y directo a la sien. Hay quien dirá que fue un disparo fortuito, de pura casualidad. No fue así. Por desconocido que sea, Ryazantsev reventó la puerta con un obús inteligente, perfecto, fruto de un golpeo intencionado, plástico y soberbio. El 0-1 propició el escenario ideal para el Rubin, que se ganó en dos minutos el oxígeno de cuarenta y cinco. Al Barça no le quedó otra que jugar como menos le gusta: a contrapelo.

De los últimos encuentros azulgranas uno extrae que quizá sea hora de revisar el mito de las bandas cambiadas. Con noventa minutos por delante, los de Guardiola volvieron a atascarse como en Mónaco, Getafe, San Siro, Valencia y también en el Camp Nou frente a Sporting, Dinamo y, sobre todo, Almería. Digan lo que digan los resultados, por más que el Barça siga hablando mientras todos escuchan, lo cierto es que le vienen chirriando algunos mecanismos desde el inicio de curso. Da la sensación que cada rival, aprovechando apuntes en limpio del anterior, le complica un poco más la existencia. No hay nada más excitante que batir al campeón. Fue el caso del equipo de Berdiýew, que mejoró el ejercicio del resto porque se adelantó en el marcador, algo que nadie conseguía desde el Chelsea en Stamford Bridge. Debe Guardiola mirarse a la cara y comenzar a plantearse cosas, porque a este paso Pedro y Messi van a montar una factoría de embudos.

Tras el descanso hubo un atisbo de redención por parte de los culés, que encontraron por fin al gigante cíngaro bajo el tablero. Con una nueva acción de fuoriclasse ─sale a tres por partido─, Ibrahimović engrasó ligeramente la máquina, que comenzó a mejorar por inercia, así como por la fatiga y las dudas del Rubin. A lomos de Touré Yaya, el mejor esta noche por diferencia abrumadora, el Barça se desplegó tanto como pudo. Insistió en la basculación típica del balonmano, tratando de imprimirle velocidad al cuero, esperando el haz de luz, ese resquicio en la cueva, que no iba a llegar. Más bien al contrario. Rebasado el 70', en otra pérdida imperdonable, el 'Chori' Domínguez salió de la mazmorra y habilitó con precisión a Karadeniz, que iba en botas de siete leguas en comparación con Márquez. Sigue cayendo en barrena el mejicano, cuya mixtura con Piqué es temeraria en Europa debido al perfil de ambos. Ni siquiera Guardiola, siempre alerta como un controlador aéreo, podía prever que echaría en falta la electricidad de Puyol, imprescindible en los duelos definitivos. Porque si bien quedan tres partidos, el Barcelona se ha hipotecado sin saber cómo. Viendo la situación del grupo los tres serán de resultado incierto y a cara de perro. La Liga de Campeones no concede descuidos y los de Guardiola ya han tropezado. Ir a Kazan, recibir a un Inter necesitado, con Eto'o al mando, y acabar en la sombría Kiev es como tener el calendario lleno de cardos. Algo huele a óxido en el Camp Nou, cuyo equipo ha perdido duende, lo han abandonado las musas e incluso ese puntito de suerte que todo campeón necesita.
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martes, 20 de octubre de 2009

Ni siquiera el Barça parte la baraja

Por Cristian Naranjo

Por fin volvió lo serio tras el infumable paréntesis de selecciones. Tres jornadas de Liga y una de Champions después, todo sigue prácticamente donde estaba con la diferencia que los aspirantes a estar arriba han desacelerado. El Madrid cayó con justicia en Nervión y los de Jiménez gastaron los tres puntos en A Coruña. Por su parte, el Barça sigue resolviendo trámites con mayor o menor brillo, pero tropezó en Valencia mereciendo perder. Messi, Xavi y compañía han malacostumbrado a la parroquia culé. El año pasado, enfrentar al Barça era enfrentarse a una lluvia de pinzas, al mordisco herbívoro del Diplodocus; a una tortura china. Porque martirizaba a pellizcos, trituraba poco a poco y mataba a cosquillas. Torneaba los partidos a su antojo, les daba las vueltas necesarias, pero siempre conseguía su propósito: ganar jugando. Lo cierto es que de un tiempo a esta parte ha perdido fuelle, en parte porque los rivales ya conocen las reglas. Hoy por hoy, de los cuatro supuestos opositores, el conjunto che es el que traza una parábola más ascendente, aunque los siete puntos respecto al líder hablan de su irregularidad. Sea como fuere, tener a la 'Guardiola Mecánica' contra las cuerdas rebanándole la posesión dice mucho de Emery y sus abejas ─analogía de Pedro Morata─, que cuando se convierten en avispas atacan en nube y picotean en masa, con la 'Abeja Reina' Villa a la cabeza. Como a la postre el asturiano no jugó, los ataques valencianistas no gozaron de la malicia necesaria. Para quebrantar el triángulo agudo e infranqueable que forman Piqué, Puyol y Valdés no basta con ser abejas en versión Rumasa.

Un medio terreno sostenido por Ever Banega, sensación de esta Liga ─que no revelación, porque ya había demostrado su pureza─, desplegado entorno a 'Hakuna Matata' Silva ─término de Javier Pérez Sala─ y completado por 'Doña Rogelia' Hernández y 'Súper Ratón' Mata necesita el aguijón de Villa para hacer daño. El Valencia acumuló un saco de llegadas claras contra Valdés, que si bien estuvo de dulce ─¿cuántas veces van?─ también se benefició de la candidez propia de la 'Abeja Maya'. Mata y Pablo, dos futbolistas al alza, no acertaron a concretar y al final volaron dos puntos de Mestalla. Y gracias, porque el segundo tiempo perteneció por entero al Barcelona, que tuvo el partido en las botas del canarión Pedro, otro fenómeno en ciernes, con un don para el gol pero carente de desborde. Del hecho de juntar a tres enanos arriba, sin referencia alguna, Pep Guardiola sólo sacó una ocasión clara en cada tiempo, principalmente la segunda. La 'Pulga' Messi tampoco tuvo su día y tropezó una y otra vez con Dealbert y David Navarro, que como diría Montes estuvieron aplicados y obedientes como Eric Snow. Obtusos e incapaces de generarse huecos, el rosarino y el canario se hicieron el haraquiri el uno al otro. Los pequeños echaron en falta al 'Narigón' Ibrahimović, que hubiera aculado y porfiado con los centrales en el poste bajo. Con todo, fue un duelo entretenido y de poder a poder al que sólo le faltó decantarse por un gol, en este caso más peleado por parte del Valencia en una noche desangelada del Barcelona.

Lo ocurrido en el Sánchez Pizjuán es bien fácil de condensar, donde el Madrid de Florentino ─que no de Pellegrini, otro entrenador ovejuno─ puso de manifiesto todas sus carencias. El propio Valdano, digno sucesor de Benedetti, las sintetizó a la perfección días después de lo ocurrido: "Tenemos un equipo mucho más dotado para la aceleración que para la posesión". Traducido: el Madrid, que tiene el vestuario lleno de caballos con pedigrí, el 'Pegaso' Kaka' incluido, apenas cuenta con un par de jinetes que puedan darle sentido a su juego. Sus tres principales referencias de ataque están diseñadas para el contragolpe ─Ribéry será la cuarta─ y sin embargo aspiran a otra cosa, a la utópica excelencia, un mero eufemismo para no nombrar al 'Pep Team', la auténtica obsesión de Florentino. El Madrid tiene serios problemas. Ha gastado 250 millones en cambiar las sábanas de Valdebebas y, un mes y medio después, todavía huele a Schuster, Mijatovic y Juande. Mirarse cada mañana en el espejo del enemigo en busca de la imitación sólo puede llevar al complejo. El Bernabéu debe caer en la cuenta de que el Barcelona resucitó como Ave Fénix de sus propias cenizas, de sus propios valores, de su propio modelo. El árbol crece más fuerte cuanto mejores son sus raíces. El Madrid, en cambio, no tiene a quién remitirse. La 'Quinta del Buitre' queda ya muy lejos y Florentino no ha sido capaz de construir uno de sus puentes hacia ella. Sólo hay noticias de Butragueño, cuyo apodo celestial al presidente le asegura un despacho vitalicio. Haciendo qué, no se conoce. Es lo de menos. De modo que el Madrid seguirá funcionando por mucho tiempo al ralentí, viviendo del rompe y rasga, de la comida rápida y apilando rollos de una noche, pero sin encontrar el amor verdadero. Eso sí, ganará partidos por docenas, muchos de ellos por goleada, hasta que un equipo maduro le enseñe cómo se castiga un hígado. Sucedió en Sevilla, donde por momentos se masculló la humillación. Volverá a ocurrir. Sin ir más lejos, otro modesto ─y van cuatro en sendos partidos─ se apoderó del Bernabéu este sábado. A Marcelo se le acumulan las pesadillas: primero fue Navas y ahora Diego Costa. Un tal Robinho se está frotando las manos. Señores, ha vuelto el 'Fútbol' en mayúsculas. El 'Negro' Montes, apodado con acierto por Segurola, tenía toda la razón: efectivamente, la vida puede ser maravillosa.
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Desde la fila 84 al corazón del 'Carpanta's Club'

Por Cristian Naranjo

¡Qué pasa crack! Imagino que ya estarás buscando acomodo en el Chamberí del Paraíso, aunque me cuentan que se requieren magos en el sur. Se te va a echar en falta por aquí. Has dejado huérfano el 'Carpanta's Club'. En un panorama mediático donde impera la feroz rutina, tú eras de los pocos que transgredían márgenes con denominación de origen. Sólo pondría a tu nivel a Gaspar Rosety, Alfredo Martínez, Javier Pérez Sala, Víctor Hugo Morales y, por supuesto, al también hispanoamericano Héctor del Mar, primo segundo tuyo a mi entender. Pero de todos modos tú eras único en tu especie, no te parecías a nadie; eras otro mundo. Como 'Su Majestad Aérea' Jordan en los segundos finales, de tu cajón de sastre siempre sacabas ocurrencias que mejoraban el partido. Hablo de tu década en la NBA, por supuesto. Tuve la suerte de descubrirte en aquel tiempo, a mediados de los 90, pese a no tener el 'Plus'. Un compañero de instituto me mantenía informado de todas tus travesuras. 'Melodía de Seducción' Sprewell, 'American Graffiti' Stojakovic, el 'Club de los Gepetto Brothers'… Casi todos tus sobrenombres eran acertados y, cuando no, te lo decía Daimiel sin abrir la boca, simplemente no riéndose. Ayer reveló que aquellos que te preparabas a conciencia no eran tan buenos.

Andrés, lo tuyo era la espontaneidad, el estilo libre, la libertad de acción. Por razones obvias, no tenías cabida en ningún corsé, pero eras un as en ingenio e improvisación. Precisamente por eso marcabas la diferencia, porque tus disparates pedían paso por sí solos. ¡Menuda pareja de 'jugones' formabas con Daimiel! Tú completamente chiflado y él un solemne erudito. A priori tendría menos sentido que mezclar Baylis con Coca-Cola. Pero Alfredo Relaño, ─por entonces director de Deportes de Canal Plus─ acertó plenamente. ¡Funcionó! Como Gennaro Gattuso, tú aportabas anarquía y desenfreno mientras que Daimiel, más clásico, se regía por el canon de pensamiento razonado, al más puro estilo Andrea Pirlo. Hablando de 'Ántoni', a él también lo bautizaste, como 'Crónica en Rosa'. Tampoco hubiera estado mal llamarle 'Petete' Daimiel, por su precocidad y vastos conocimientos. Te confieso que a medida que cumplo años me asemejo más a Pirlo que a Gattuso, pero nunca perderé la admiración por el destacamento y la insurgencia. Tú la imponías como nadie en tus narraciones, siempre frescas, alegres y desenfadadas, privilegiando el entretenimiento cuando el partido se atragantaba en mitad de la noche. Abogabas claramente por el espectáculo, por el Show Time, por encima del propio juego. Excepto cuando la categoría y trascendencia de la cita te enchufaba de verdad. Sólo satisficieron tus exigencias el más grande de todos, 'MJ' (ver vídeo 1), y en una ocasión un jovencísimo Gasol (ver vídeo 2).



Dice Daimiel que no regalabas elogios ni tu amistad a cualquiera, que tenías el listón muy arriba. Quién sabe si tan alto como 'Espartaco' Reyes. Pero la exigencia no es mala mientras empiece por uno mismo. En eso me identifico contigo. Además, acreditar un paladar selecto equivale a tener un gusto determinado, una mente preclara y una personalidad definida. Eso sí, no me negarás que todo cambió tras tu salida del 'Plus'. El fútbol te aburría soberanamente a pesar de Salinas y Kiko, y ni siquiera la 'ÑBA' sacó lo mejor de ti. Con todo y con eso, dejaste un collar de perlas para la posteridad: 'Humprhey Bogart: Tócala otra vez, Sam', 'Tom Cruise', 'Moto GP', 'Mr. Catering', Ricky 'Business', 'Multiusos' o 'Pedro Picapiedra' Garbajosa, 'La Intendencia' o 'Kevin Costner, el guardaespaldas' para referirse a todoterrenos como Mumbrú… Vamos, que entre tu viejo diccionario http://archivo.marca.com/305/andresmontes/diccionario/i.html y su reedición te daría para rebasar Alejandría. Por cierto, ahora que te has mudado, podrías revelarnos el paradero de las llaves, rufián. Yo opino que siempre que actúa los tiros apuntan hacia Xavi Hernández, ya sabes, tu amigo 'Humprhey'. Apuesto por él como ama de llaves. Tu otra pregunta por antonomasia no ha podido contestarla nunca ni Daimiel. Por qué será que todos los 'jugones' sonríen igual. Como tú eres uno de ellos, la retórica te obliga a responder. Quedo a la espera.



Mientras tanto te prometo seguir tu dogma: no olvidaré que la vida puede ser maravillosa, aunque lo sea menos sin ti. Por aquí todos vamos a echarte de menos. 'La Informática' Nash, '¿Por qué eres tan bueno, McGrady?', 'Aerolíneas' Jordan, 'E.T.' Gasol y 'Siglo XXI' Duncan forman un quinteto inicial inmejorable que te pertenece. Al menos en España, su nombre, como el de tantos y tantos otros, estará vinculado al tuyo para siempre. Me voy despidiendo. Ha sido un placer, Andrés. Después de darle unas cuantas vueltas, he concluido que para mí siempre serás 'King África' Montes. No te enfades por la estética. Si lo piensas, verás que tenéis rasgos bien comunes. Eso sí, salvando las distancias: tú eres un dandi y él un bufón. En fin, ya nos veremos por ahí, maestro. Por mi parte, seguiré semana tras semana viendo el fútbol con muchas 'fatatas' en tu honor. Cuídate esa hormigonera y, por favor, dale un abrazo a Dani Jarque de nuestra parte. Dile que no dejaremos de recordarle como el Roger Federer del eje central.


Fdo.

Cristian 'El Capitán' Naranjo (socio 1984 del 'Carpanta's Club')


P.D: Insisto en la idea de que te inclines por el sur del Paraíso, por la zona de Vallecas: más humilde, más obrera, más canalla. Tienes que conseguir que algo se mueva en el sur de la ciudad, que retumben los tambores de los sioux y que Wilma se compre un Sonotone. Hazme el favor y no descanses en paz. Más bien haz ruido. En el otro barrio también van faltos de chalados maravillosos, de modo que de vez en cuando puedes despertar a los vecinos. Creo que no hay Policía por la zona.
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jueves, 15 de octubre de 2009

Pasado, presente y futuro

Por Albert Valor

¿Saben aquello que se dice a veces de hacerle un monumento al fútbol? Pues bien, ayer Uruguay y Argentina hicieron todo lo contrario. Si se dice de manera educada, el partido fue un borrón. Sin exagerar, puede que el peor partido visto por un servidor. Bien es verdad que el partido prometía emoción, nervios y tensión por lo que ambos se jugaban, y por ello nos podíamos imaginar un partido trabado, poco aseado y sin ninguno de los contendientes enlazando más de tres pases. Aunque quizá no se enlazaran ni dos. La mejor jugada fue, quizá, axiomas del fútbol, la del gol. Y eso ya es decir mucho. O muchísimo. El caso es que Messi sacó una falta lateral hacia atrás, hacia la media luna, y allí esperaba Verón para ponerla en el arco. La puso, pero, en una cenefa de rebotes que terminó a pies de Bolatti, que tocó con el interior para después tocar el cielo.

No se podrá decir que Maradona, con sus cambios, no ha revolucionado los partidos. El pasado sábado, ante Perú, dando entrada a Demichelis por Higuaín, dejó si cabe más confundida a la defensa, que acabó por recibir el gol del empate al borde del descuento. Eso sí, su otro hombre de refresco, Palermo, anotó después el gol que le sirvió para hacer la 'foquita' en el césped –o piscina– del Monumental. Y lo de ayer ya se sabe: cuando todos sus compatriotas lo maldecían por sacar otra vez al infravalorado delantero madridista y dar entrada a Bolatti, fue éste último, contra todo pronóstico, el que le dio los billetes para, al menos, tres partidos del Mundial del año que viene.

El resto del partido no arrojó más aclaraciones que las ya reseñadas. Se recuerda un tiro de Forlán, una amarilla a Heinze al poco de comenzar, un par de buenos detalles de Verón y el bullicio que siempre aporta Higuaín –esta vez estéril–. De los demás poco o nada. De Luis Suárez, pretendido por el Barça y el Atlético, poco. De Di María, nada. De Messi, nada de nada. Quizá tengan razón algunos críticos del rosarino, que alcanza el súmmum con el Barça de domingo a miércoles –de miércoles a domingo–, y que luego se pierde por los campos de la América Latina. Cierto es que la albiceleste no juega para él, que no le aporta nada, ningún bien, pero cierto es también que el pibe juega con miedo, acongojado. La suerte para Leo es que ya el sábado los Xavi, Iniesta, Touré y cía llegan para rescatarle del olvido y del sopor.

Así pues, y cambiando de tercio, queda claro que Tabárez y Maradona podrán darse con un canto en los dientes. El segundo sabe que, con o sin él en Sudáfrica, ha conseguido el objetivo. El primero tiene la repesca, que no es poco. No es poco viendo que pese al lamentable partido de ayer, por leyes balompédicas, casi siempre hay uno que pierde y otro que gana, y ayer les tocó a los suyos. Y no es poco sabiendo que, pese a ello, Ecuador, un notable equipo de fútbol, no les dejó fuera tras haber ocupado durante muchas jornadas plazas mundialistas en el grupo suramericano. Y no es poco sabiendo que el rival en el repechaje es Costa Rica. Habrá que tomarse el cruce en serio, pero los Los Ticos no son una potencia mundial, precisamente.

Quedan ahora ocho meses por delante. No me cabe duda de que ambos combinados ganarán identidad en este tiempo y por ende, también algo de fútbol. No es que haya visto jugar mucho a Uruguay, pero creo que en esta fase de clasificación ha sido capaz de bastante más de lo que ayer se vio. De la mejora de Argentina, estoy casi seguro. No sé si Diego seguirá o no, si aceptará ayuda o no. O si Riquelme volverá. O si Messi saldrá de la cueva. Lo que sé es que la concentración previa a la Copa del Mundo establecerá nexos de unión en un grupo que, una vez clasificado, hará un buen papel en el torneo. De momento, quedémonos con lo mejor de ayer. La imagen de Bilardo y El Diego llorando abrazados en el césped del Estadio Centenario de Montevideo puede significar un antes y un después.

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