viernes, 12 de febrero de 2010

En busca de la profundidad

Por Cristian Naranjo

Desde que Ronaldinho decidiera abandonarse a los placeres de la vida alegre, la banda izquierda del ataque del Barça no ha encontrado un inquilino de fiar. Thierry Henry ha sido su arrendatario los dos últimos años sin llegar a ser nunca un buen pagador. Encajado con calzador en el sistema de Rijkaard, y pese a ser reanimado después por Guardiola, el francés no ha alcanzado la quinta esencia de su fútbol de cashmire. La sensación es que se ha ido oxidando desde el día en que llegó, siempre a la sombra de nueves más puros o menos versátiles que él.

Así las cosas, una parcela del Camp Nou pide a gritos ser recalificada en beneficio de un futbolista tan esdrújulo como específico. Insertar en banda a otro nueve de primer orden como Rooney, Villa o Agüero supondría reincidir en el déficit de profundidad y desborde que tanto obsesiona a Guardiola.

Quizá el más indicado para ocupar esa plaza sea Ribéry. Por experiencia, talento y características, no hay jugador como él cuando se trata de mezclar el cuchillo con la burla, tal y como hace el Joker. Velocidad viperina, desmarques incisivos y malicia al encarar. Todo es siniestro en Ribéry. Tanto, que va camino de una temporada in albis a causa de sospechosas y continuas molestias. Lo sucedido en verano habla de blancas intenciones. Sería una sorpresa que Florentino no ejecutara su fichaje a final de curso.

Congelado como está el futuro de Scarface, los tabloides catalanes tampoco olvidan a David Silva, el poeta de Arguineguín. Zurdo aterciopelado y de cálido carácter, el canario aseguraría una adaptación instantánea y un buen ratio de gol; cualidades preciadas pero demasiado similares a las de otro isleño emergente, que a base de fulgor juvenil ha borrado el diminutivo de su camiseta. Se trata de Pedro, anteriormente conocido como Pedrito. Los dos canarios galvanizarían la banda, pero a Guardiola seguirían faltándole líneas de fuga en busca de la profundidad.

Y mientras la prensa sigue vendiendo ejemplares a base de percutir siempre los mismos yunques, un tercer nombre reverbera en la mente de algunos sibaritas: Andréi Arshavin, el cañón soviético. Posiblemente el tipo de jugador que más se parezca a Messi, con todo lo que ello comporte. A excepción de la precocidad. A sus 28 años, de forma tardía, Arshavin por fin ha encontrado el cuajo y la consagración en Londres. Aunque sueña desde antaño en azulgrana, cuando en 2008 Beguiristain decidió no comprarle por algo más de quince millones. Si por el bien del Barcelona fuera el ruso el escogido por Guardiola, esta vez el dinero no sería óbice. Lo soviético cotiza al alza. Y en Londres lo saben. Si un Chygrynskyy vale 30 millones, ¿cuánto cuesta hoy un Arshavin?
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3 comentarios:

Álvaro de Grado dijo...

Mucho se habló de Arshavin en aquel verano pero al final sólo fue el Arsenal el que puso el dinero encima de la mesa. El ruso es un jugador excepcional pero con el defecto de que, o te hace un partido magistral, o no le sale nada durante todo el encuentro y está desaparecido. Su regate en corto y el tren inferior tan fuerte le hacen un jugador dificilísimo de tirar. Saludos Desde Anfield.

En Mis Fogones dijo...

Hoy no tengo tiempo para comentar y además se me terminó la bateria, el lunes espero escribir algun comentario interesante ;)
M.

Manuel Lidueña Góngora dijo...

Arshavin le vendría bien a cualquier equipo porque es un superclase y ahora que en el Arsenal ha rendido se ha olvidado un poco eso de que los Rusos fuera no rinden. Sin duda sería un fichaje excelente para el Barça ya que le quedan unos buenos años de futbol y llegaría con mucha hambre de titulos.

Saludos