martes, 16 de febrero de 2010

El señor de los ladrillos

Por Albert Valor

Arbeloa llegó este verano al Real Madrid a la sombra de los otros fichajes de relumbrón. Todo el mundo hablaba de la refundación galáctica. Incluso se hablaba más de Albiol o de la necesaria resurrección de Sergio Ramos. No aparecía en ninguna quiniela para ser titular. Pero hubo una tarde en el Sánchez Pizjuán en la que Navas, Adriano, Zokora y cía hicieron turnos para reírse de Marcelo y de su cintura. Fue entonces cuando los técnicos se dieron cuenta que, aún siendo diestro, podía resultar mejor lateral izquierdo que el brasileño. La lesión de Pepe ha sido un buen pretexto que le ha permitido demostrar que también es mejor lateral derecho que Sergio Ramos. Mientras se corrobora con el paso de los tiempos que la posición ideal del Faraón de Camas es la de central, incluso la de medio de contención, Arbeloa ya es un fijo en una de las alas de la retaguardia blanca –hoy la derecha-. Lo creíamos nulo en labores ofensivas, simplemente le adivinábamos la cualidad de ser un marcador decente. El partido en el Camp Nou contra Messi en febrero de 2007 así lo atestiguaba. Pero la temporada ha avanzado con Álvaro percutiendo cada vez más por los costados. No lo hace con la violencia de Dani Alves ni con la contundencia de Maicon. El repertorio que nos muestra el salmantino aúna más bien candidez y perseverancia; es mucho más simple. A cada paso que da pone un ladrillo, como para demostrar que su fragilidad es sólo de apariencia. Como para marcar el sitio por donde ha pasado y para que no se le olvide por donde hay que volver a la guarida.

En La Coruña ya le regaló a Benzema el gol que cerraba el encuentro y cercenaba la reacción deportivista. El sábado, en Chapín, todos se rendían a la grandilocuencia de Cristiano Ronaldo y de su enésimo doblete. Nadie recordaba ya al final del envite que el jugador más circunspecto de la plantilla había inaugurado un marcador que se cerraba por momentos a cal y canto. Y lo hizo de la manera que mejor sabe. Haciendo la transición ofensiva sin prisa pero sin pausa. Porque Arbeloa lo hace todo igual. Sin hacer ruido. Y esa es su mejor cualidad. También así se pueden construir imperios. Ladrillo a ladrillo.

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2 comentarios:

Álvaro de Grado dijo...

Un cumplidor como ninguno. Me gusta mucho Arbeloa ya que no destaca en nada pero tampoco le falta nada. Eso es lo que necesita el Madrid para el lateral.

Saludos Desde Anfield: Y Rooney sacó su fusil.

albertodelaosa@gmail.com dijo...

que verdad es que el madrid acertó el fichaje de Arbeloa.Al principio no me gustaba, le veía como a un Miguel Torres aunque un poco más completo,pero ahora me doy cuenta que poco a poco está dando una seguridad atrás muy importante y está ayudando cada día más en ataque.
Grande Álvarooosigue así
Saludos:alberto lopez de la osa

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