domingo, 18 de abril de 2010

Pasión y cólera

Por Albert Valor

Tarde de derbi en Cornellà-El Prat. El sábado se presentaba movidito desde tres horas antes del encuentro. Los cánticos de la hinchada perica resonaban con fuerza en los aledaños. A medida que se aproximaban las 20:00 horas, los decibelios se elevaban. El Barça tuvo lo que esperaba. No fue un ambiente hostil. Fue en infierno con pelaje de estadio de balompié. El nuevo coliseo del RCDE rugió y hasta tuvo pulso por momentos. Dicen que la Bombonera late. Que vengan a ver si no lo hace también la nueva casa de los espanyolistas.

No fue una caldera. Fue mucho más. Fue, simple y llanamente, la cacerola donde Lucifer cocina sus brebajes. La olla donde los caníbales de las películas cocinan a sus víctimas. Queda claro entonces que al Espanyol lo llevó en volandas su gente. Una mezcla a partes iguales de pasión y cólera. De pasión puramente espanyolista. De cólera netamente antibarcelonista. Negarlo sería evadir un axioma. Decíamos que al Espanyol lo llevó en volandas su gente. También el planteamiento de Pochettino. La presión asfixiante realizada por cada uno de los integrantes del once periquito, desde Osvaldo hasta Kameni, le impidió al Barcelona ser él mismo. Mención especial en esta parada para el propio Osvaldo, para Raúl Baena y para José Callejón. El andaluz no sólo ayudó a Dídac Vilà a frenar a Dani Alves. También le creó problemas punzando por el costado, además de provocar la expulsión del lateral brasileño justo cuando el Barça empezaba a salir de la cueva. Habrá dormido a gusto esta noche el centrocampista.

Ahora, tras neutralizar al referente actual del fútbol mundial, el club que preside Sánchez Llibre debería preguntarse si sale a cuenta este orgasmo una vez al año a cambio de dejarse perder tantos puntos contra rivales de poca enjundia. Si el Espanyol se define algún día, será candidato a mucho más año sí año también. El que sí eligió hace ya tiempo su sino es Gerard Piqué. Él se decantó por ser profeta en su hogar y objeto de vilipendio en casa del enemigo. Para bien o para mal, el ‘3’ del Barça y de la Roja nunca se esconde. Y siempre está concentrado en el juego. Un valladar. El otro referente culé de la noche, Satánico Messi, apenas pudo lucir su repertorio excepto en dos chispazos y fue esta vez un pobre diablo. Del partido en sí nos queda todo eso y, una vez más, la intervención decisiva de Víctor Valdés.

Parecía existir una teoría para mutilar el juego del Barça, pero nadie conseguía ponerla en práctica. Quien sabe si el plan de Pochettino acabe creando escuela. Aunque tampoco hay duda en que Guardiola seguirá buscando una pócima para salir airoso de futuros enfrentamientos en el área metropolitana.

Cuando Undiano señaló el fin, rugieron 40.000 gargantas. De rabia. De pasión. De cólera. También de alegría. Muchos pensarán que no hay nada que celebrar en un empate a cero contra un equipo con diez desde el minuto 60. Pero realmente sí lo hay. Son la bestia negra del mejor equipo del mundo en el último año y medio. Son la piedra en el camino del mejor Barça de todos los tiempos.

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2 comentarios:

Unknown dijo...

vam jugar i vam fer front al barça. El resultat es el de menys per a mi. Al camp es va demostrar que podem fer coses grans. Ens falta jugar sempre aixi ja. Pero poc a poc. Aquest espanyol es cantera l'any que be avera com ho afrontem.

Marco dijo...

Excelente entrada, de buen contenido y muy buena redacción. Un gusto de lectura.

Saludos de Buenos Aires.