jueves, 13 de noviembre de 2008

Hacer la cama

Por Albert Valor

Cuando eres pequeño y estás pasando de niño a personita, la primera tarea de responsabilidad que tus padres te empiezan a exigir es que te hagas la cama. Cuando te haces mayor, te das cuenta que esa norma hogareña tiene un sentido un poco más amplio en el mundo real. Es algo así como fastidiar a alguien hasta tal punto que ya no aguanta más una situación y, por uno u otro motivo, debe desparecer del mapa. En el mundo del fútbol, se daría este caso cuando los jugadores ya no aguantan más a su entrenador y fuerzan su marcha a base de derrotas. La primera situación que recuerdo fue cuando, en la segunda etapa de Van Gaal en el Barça, los jugadores, hartos de sus absurdos planteamientos tácticos, protagonizaron derrotas dolorosas y sonrojantes. Tal fue el número de éstas, que se llegó a especular con que los culés podían dar con sus carnes en segunda. Al final, claro está, Van Gaal fue destituido. Más recientemente, algo parecido le pasó al Vanderlei Luxemburgo y a su cuadrado mágico, o la temporada pasada a Koeman en un Valencia que no quiso acatar sus estrictas normas. Pero este año un entrenador español ha recibido ese trato en el extranjero. Es Juande Ramos.

Cuando el mercado veraniego empezaba a cerrarse, echando un ojo a la Premier League, más allá de los eternos favoritos, veía al Tottenham con un claro aroma a candidato. Además de fichar a dos porteros de garantías como Heurelho Gomes y César Sánchez, el club del norte de Londres se hizo con los servicios de dos de los mejores jugadores de la Euro ’08, más allá de los españoles: Luka Modric y Roman Pavlyuchenko. Si a eso le unimos la columna vertebral formada por Woodgate, Jenas o Huddlestone, más el potencial de atancantes como Lennon, Bentley o Bent, además de otras incorporaciones como Vedran Corluka o Giovanni Dos Santos, la verdad es que la suma era, cuanto menos, inquietante para los rivales. Bien es cierto que el club había vendido a sus dos delanteros estrella, Robbie Keane y Dimitar Berbatov, pero los millonarios traspasos de ambos (28 millones el irlandés y 37 el búlgaro) fueron lo que permitieron a los Spurs realizar algunos de sus nuevos fichajes, dejando para diciembre alguna posible bomba como la incorporación de Andrei Arshavin.

Pero la temporada empezó y con ella la cuesta abajo del Tottenham. Transcurridas las primeras ocho jornadas, el equipo sólo sumaba dos puntos, es decir, dos empates y el resto derrotas, algunas de ellas ante rivales tan débiles como el recién ascendido Stoke City. Evidentemente era colista. Un bagaje demasiado negativo –y sospechoso- para una plantilla de ese potencial. La derrota en la primera jornada de la liguilla UEFA fue la gota que colmó el vaso de la paciencia del presidente Daniel Levy. Juande, tras un año en el club, de llegar con la vitola de convertir en oro –o más bien en títulos- todo lo que tocaba, era destituido. Al día siguiente de su relevo, Harry Redknapp, que dejaba el Pompy para ocupar el banquillo de los de White Hart Line, cosechaba la primera victoria del equipo en la temporada. A los pocos días, se supo que dos de los pilares del vestuario, Jonatan Woodgate y Jermaine Jenas, acudieron tras la derrota europea ante el Udinese al despacho del presidente para pedirle que prescindiera del manchego. Y así fue. Cuesta creer que el central inglés, reclutado para la causa por Juande en el pasado mercado de invierno para reforzar la defensa, tuviera esa actitud con el técnico. Pero así es el fútbol, y en las situaciones límite, cuando las cosas no funcionan, se demuestra que los que verdaderamente mandan son los jugadores. Quizá fuera el sistema, quizá sus alineaciones, puede que su desconocimiento del idioma, pero el caso es que algo no les gustó a Woody y compañía.

Hoy, casi veinte días después de su marcha, se confirma que, o el técnico milagro del Sevilla no supo sacar rendimiento a su plantel, o que los jugadores le ‘hicieron la cama’. Lo que está claro es que la segunda es una opción más evidente, ya que las alineaciones de Redknapp apenas han cambiado respecto a las de Ramos. Desde la primera victoria del nuevo técnico no han parado de llegar resultados de prestigio. Los dos primeros viviendo en la ‘zona Cesarini’, puesto que el empate final a cuatro goles en el Emirates Stadium y la victoria local ante los ‘reds’ llegaron en los últimos compases de partido. Después llegó la goleada en UEFA contra el ex equipo de Modric -4 a 0 ante el Dinamo de Zagreb- para que al fin de semana siguiente llegara la victoria que sacaba al equipo de la zona de descenso. Fue en Manchester, en casa del que siempre ha sido el vecino pobre y que ahora quiere ser el más rico de la Premier: el City de Robinho, Kompany y Zabaleta, entre otros. Tras el tanto inicial del brasileño, los Spurs remontaron con sendos tantos de Darren Bent.

Pero la confirmación llegó anoche. Tocaba Carling Cup, y tocaba otra vez enfrentarse al Liverpool. Cierto es que Rafa Benítez alineó a muchos suplentes, pero la machada fue considerable. Al poco de reanudarse el partido (52’), los Spurs ya ganaban por 4-1. Un doblete de Pavlyuchenko y otro del habitual suplente Frasier Campbell tuvieron la culpa. Un poco más tarde llegó el 4-2 definitivo tras un testarazo de Hyppia.

Así pues, el equipo londinense no conoce la derrota desde que Juande Ramos fue destituido. Quizá ahora piensen que de haber rendido a su nivel durante las primeras jornadas, ahora estarían en el grupo de cabeza amenazando al póker de intocables. Ahora todo apunta a que la temporada será similar a la anterior: mal inicio, relevo tempranero en el banquillo, pocas opciones de clasificarse para la Champions, avanzar lo máximo posible en UEFA y rascar lo máximo posible en la Cup y la Carling. Recordemos que el año pasado se consiguió ganar esta última frente al Chelsea tras lustros de ostracismo en lo que a títulos se refiere.

De momento, los Spurs siguen con su despegue. Mientras, Juande no ve más fútbol que el que dan por la tele. Pero quizá antes de lo que imagina –o imaginamos- en otra casa del fútbol europeo, los jugadores le 'harán la cama' a un tipo rubio que siempre está de mal humor y él ocupa su puesto. Al tiempo.

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