miércoles, 23 de septiembre de 2009

'Ibra' y Messi ajustician mientras Xavi se exhibe

Por Cristian Naranjo

Ejercicio de demolición en el Sardinero por parte del Barcelona, un equipo totalmente empapado por los principios de su entrenador. Educado, elegante y perfumado, el once azulgrana sí alcanzó esta vez la excelencia demandada por Guardiola, a quien no le había convencido la goleada al Atlético. Con porcentajes de posesión insultantes, combinaciones rápidas en corto y naturalidad a la hora de acabar los ataques, el tricampeón le hizo pagar al Racing, más que los platos, la vajilla entera. El conjunto cántabro se pertrechó tan bien como pudo tras las socorridas líneas de cuatro, pero la suya no fue una resistencia armada. Los ensayos de Henry, Keita e Ibrahimović fueron relámpagos de anuncio, pues los truenos no tardarían en llegar. El once local retrasó el derribo 20 minutos, pero a partir de ahí se desangró hasta perder las constantes vitales.

Ibrahimović abrió en canal el partido con su cuarto gol en Liga, que le convierte en el ariete más productivo de la historia del Barça a estas alturas. Principal valedor de su fichaje, hasta la estadística le va de cara a Pep Guardiola. El delantero cíngaro ha destapado definitivamente la caja de Pandora, y de sus botas ya surgen piedras preciosas. Marcó el 1-0 subiendo a la azotea, remató al poste acto seguido y engendró la sentencia con la coz de Pegaso. Lejos quedan sus primeros minutos de azulgrana, cuando dejaba detalles tan lujosos como estériles. Ahora, a su alrededor todo son fuegos de artificio. Y es que además de mágicas, las acciones de Ibrahimović fueron cruciales para sellar la victoria. Unos metros por detrás, la ambición volvió a poseer a Messi, cuya superioridad sobre el resto de mortales es abrumadora. Su forma de aunar talento, aceleración y voracidad es devastadora para los rivales, incapaces de contener el maremoto. Tras un asombroso arranque de Liga, el techo de los 23 goles no se antoja insuperable para un futbolista ilimitado como el argentino.

Así las cosas, cada uno por su cuenta, Ibrahimović y Messi se erigieron como protagonistas del choque con todo merecimiento. Sin embargo, sucede que en el Barcelona juega un doctor honoris causa, un mediocentro que funciona con diésel y sin el cual no sería posible la hegemonía azulgrana. Gracias a Xavi, un encantador de serpientes en toda regla, el Barça se asegura una línea de conducta sobre el campo: posesión, combinación, compás, agilidad de transición y profundidad. Con el de Terrassa en la alineación, por más desacertada que esté, la 'Guardiola Mecánica' nunca jugará mal. Denominador común de equipos campeones como el club catalán y la selección española, Xavi es la Espasa-Calpe del deporte rey: es el fútbol en sí mismo.

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1 comentario:

Manuel Lidueña Góngora dijo...

La verdad es que este Barça juega de memoria con un Messi que se ha olvidado de su pesadilla con Argentina y añadiendole otro artista como Ibrahimovic que aumenta su capacidad de pase y combinación. Un lujo que rivales como mi Atleti sufren

P.D.- Xavi es un jugador superior

Saludos