Por Cristian Naranjo

El planteamiento de Dunga fue una vez más caótico y lamentable. Nadie sabe a qué juega actualmente Brasil. Lo que sí es evidente es la ceguera de su entrenador, capaz de apartar sistemáticamente del once inicial a Alves y Pato, dos referencias a nivel mundial y en sus respectivos equipos, Barça y Milan. Las alineaciones de Dunga son indescifrables, al igual que sus convocatorias, de tal modo que es imposible saber qué aptitudes busca en sus futbolistas. Acaso privilegia a los jugadores de su corte. Quién sabe. El caso es que pese a ser brasileño, su fisonomía y sus formas son de centroeuropeo, lo cual es cuanto menos sintomático. Se puede decir que su apuesta es un 4-2-1-3, con Kaka' y Robinho como únicos exponentes del talento brasileño. Lo demás es pura morralla. Es un once envidiable a juzgar por los nombres, pero carece de atractivo. Con un sistema similar, ya ganó Brasil el Mundial 2002 y la Copa América 2007, con Ronaldinho, Rivaldo, Ronaldo y Robinho, las cuatro erres, como abanderados. La magia suele acudir al rescate de Brasil, cuya gloriosa tradición está por encima de cualquier entrenador, por pésimo que sea.
Jugaba la canarinha de forma lenta y monótona, esperando que algún golpe de inspiración resolviera el encuentro, confiada en que Sudáfrica no podría hacerle daño. Un gol de los Bafana Bafana hubiera puesto a Brasil tan al límite de la eliminación que no se habría repuesto. Todo son hipótesis. Hablar por hablar. Lo único cierto es que Dunga tardó 81 minutos en percibir que el partido demandaba a Alves como agua de mayo. Donde lo situara era lo de menos. La intensidad de la tarántula cambiaría el sino de la eliminatoria. En seis minutos demostró más que un once entero en ochenta y uno, señal inequívoca de que Dunga no está a la altura de su cargo. Es probable que Brasil gane esta Copa Confederaciones porque acumula en su plantilla demasiado talento. Comenzando por Kaka', que se basta para ganar una final. Por más que el seleccionador ponga palos en las ruedas de su carromato, Brasil ha de imponerse por acopio de calidad. O no. Kaka', Robinho, Ramires y Luis Fabiano no suenan mejor que Xavi, Cesc, Torres y Villa. Haría bien el staff técnico de Brasil en repasar el España-Estados Unidos. Puede que no sea suficiente con el cuadrado mágico. Dunga está obligado a inventar algo deprisa. No es complicado. La respuesta al sudoku está en su banquillo: Alves y Pato.
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